Libertad Quijotesca

Velázquez: el pintor de la verdad

Como maestro de la pintura nos invita a reflexionar sobre el valor de la verdad, por lo tanto, de la libertad

Diedo Rodríguez de Silva y Velázquez, maestro universal de la pintura, filosofo del alma humana, pensador de su tiempo para la posteridad, estudioso de la naturaleza y condición humana para incitar por los siglos de los siglos a la reflexión y el argumento meritorio. A finales del siglo XIX su ciudad natal, Sevilla, le dedico un monumento en el que podemos leer > Viajemos ahora hasta la capital de nuestra nación: Madrid. Cuando llegamos al Museo del Prado nos recibe y contempla el Maestro Velázquez, sentado, con paleta y pinceles preparados para retratar la vida, sus quebrantos, pasiones y anhelos. El Prado es una de las mayores joyas de nuestro, me atrevo a decir, casi infinito patrimonio artístico, histórico, cultural y filosófico. He pasado muchas y felices horas al abrigo de las salas del Museo del Prado. Espero que sean muchas más antes de tener que partir de este mundo. Algunas de las experiencias más gratas que se pueden vivir en nuestra pinacoteca universal, tienen como escenario la salas de Velázquez. Guardo como un tesoro en mi memoria la primera vez que estuve ante Las Meninas, Las Hilanderas o contemplando el retrato del poderoso Marte. Imposible no hacer asociación de ideas apareciendo de inmediato el Capitán Diego Alatriste y Tenorio, o escuchar los pensamientos de Caridad la Lebrijana. Vuelan juntos y mestizos, imaginación y sentimientos.

Para comprender mejor la compleja trama que constituyen las telas, colores, texturas, composiciones y claroscuros de la Historia de España: hay que ir al Museo Nacional del Prado. Siento un amor especial por Las Meninas, quisiera poder ser capaz de alcanzar a explicarles la increíble y reconfortante experiencia que supone observar con atención las reacciones de las personas que ven por vez primera el cuadro. Basta con quedarse allí, paciente. El espectáculo es apasionante. La capacidad seductora, filosófica, comunicativa, estética, ética, poética, musical…del cuadro traspasa ámbitos culturales, lenguas, geografías e imaginarios colectivos. España dio al mundo a Velázquez el pintor de la verdad sobre la condición y las acciones humanas, sus luces y sus sombras. Acudo a Velázquez en busca de las luces para el pensamiento que con tanta diligencia y responsabilidad supo pintar, porque la maldad de la mentira impera en España. Jamás rendirse.

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