Vida y milagros

Los rockeros se precian de que cuando hacen memorias no hacen literatura. y para eso escriben como les sale

Llego tarde y lo sé, pero yo no tengo la culpa. Cuando publicas algo, ya está obsoleto. Escribes por la mañana sobre el muro y por la tarde ha caído. Con café tardío leo una entrevista a Evaristo Páramos, que fue, cantante de la Polla Records. Si os soy sincero, jamás me interesó lo más mínimo ese grupo, pero el petardeo es el petardeo. Y leo que ha sacado sus memorias y como buen fetichista de lo ajeno agudizo el café y leo como si las acabara de sacar y las sacó en noviembre. De eso me entero cuando acudo a la librería y me dice mi confidente que eso no es novedad, que lleva varios meses. Reconozco que me lleva a ello el morbo de los detalles cruentos, para qué una biografía si no. Llámese memorias a sacar los trapos sucios, lo demás, es sólo periodismo. Los rockeros se precian de que cuando hacen memorias no hacen literatura y para eso escriben como les sale. Es más, cantan como les sale, tocan como les sale y viven, en general, como les sale. Es lo auténtico del rock y lo falso de todo lo demás. Soy rockero y por eso llamo al pan, pan y al vino, vino. El libro se estructura en dos partes o dos modos que se alternan, blanco, conciertos, festis, festis y más festis, con alguna anécdota que no tiene nada que ver y que aparentemente, no tiene ningún sentido y otro modo o parte con fondo gris, donde caen todos los chismes de las grabaciones, vida personal y, aparentes, gilipolleces varias. Y después de medio libro leído concluyo que, aunque parece que cuenta muchas cosas, no cuenta realmente nada. Y lo peor, con un poco de formato aquí, recorte allá y un puesto a hervir de editor engañaliteratos sería literatura de la buena. Claro que un músico de rock sentado ya en el púlpito de las masas y bendecido con sus aretes y tatuajes no puede permitirse hacerse pasar por un escritor de moda; tiene que parecer que escribe sin corrector de estilo al mismo tiempo que crea estilo. Evaristo, créeme, Anagrama te coge eso y te come el coco para ir a programejos literatos con una chaqueta encima de la camiseta de paz, amor y toda es mierda y lo petas en los suplementos culturales. Pero tú eres el auténtico, el punkarra, el lo hago yo mismo, el yo no me integro, el vivo de mi imagen a imagen y semejanza de mí mismo, tranquilico en los tiempos convulsos de las rebajas de enero en los cachés de músicos y silbadores. El cambio de paradigma llega tarde, la banca pierde, él gana.

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