Vida nueva

Y dónde están los cambiadores de mundos, pues los que han podido, en algún sillón

Ale ya es año nuevo (y vida nueva). Los pájaros cantan y las nubes se levantan. Si miras el telediario (no recomendable para encontrar paz y amor) parece todo igual, pero no lo es. Hay mucha gente que clama, sigue clamando, por la recuperación de la economía. Eso sí, sin obras. Que no vuelvan los inmobiliarios, dicen. Habrá que esperar pues que aparezca petróleo debajo de la tierra, aunque, igual tampoco se pueda sacar porque se desestabiliza el planeta y no se debe quemar, por el efecto invernadero. Habrá que dinamizar, pues, los sectores estratégicos. Esto, como decir que el problema es coyuntural o es estructural, para tratar de evitar hablar del problema, es la nueva cabeza del avestruz metida en el hoyo. Para salir del hoyo, primero hay que sacar la cabeza. Hace varios años asistí como observador neutral a un proceso que trajo de cabeza a la ciudad durante unas semanas (pocas), los cambiadores de mundos se juraron y perjuraron seguir en la lucha hasta el final. Hasta el final del mes porque mientras se escindían en dos subgrupos irreconciliables que pugnaban a muerte por el protagonismo, todo se olvidó. Bueno, todo, no, quedaron los grupos de Facebook. Me refiero al conocido como caso Toblerone, en Almería, es decir, la destrucción de un espacio público señero (y absolutamente olvidado y abandonado por todos, incluso por los cambiadores de mundos) para construir horrorosos bloques de pisos. Años después de la tormenta (breve) se anuncian por fin los bloques de pisos citados. Y dónde están los cambiadores de mundos, pues los que han podido, en algún sillón. No obstante la economía florece aunque se aborrezca su forma de crecimiento. Los pisos se harán, a los cambiadores de mundos no les gustarán, los cambiadores de mundos que han conseguido un sillón o que tengan posibles acabarán comprándose uno, poniéndolo a nombre de una sociedad o similar para ocultarlo, tratarán de no pagar el iva, si lo descubren dirán que fue un error y si te descuidas, luego lo venderán por el doble mientras claman por acabar con la especulación inmobiliaria. Y aunque algún agorero de la miseria (ajena) lo trate de impedir, los pisos se harán. Y los centros comerciales. Y lo que venga. Primero protestarás, luego irás a comprar. Al principio, todo fue 15M, ahora, con buenas palabras, se sacan los ojos para mandar. Con transversalidad y equidistancia, pero que parezca un accidente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios