La conclusión es que las viudas almerienses hoy son más ricas que ayer. Especialmente si relativizamos mucho el concepto riqueza. Aunque, para ser justos, y con los datos de inflación anual conocidos recientemente, lo cierto es que los pensionistas y, dentro de ellos, las viudas han ganado poder adquisitivo. En Almería, el IPC, los precios, han subido en un año un 0,4%, un poco menos que en el conjunto de España. Las pensiones almerienses, en su conjunto, mejoraron un 5,9%. Comparemos las dos cifras y se ve fácil que la mejoría se notable. Si en lugar de analizar todas las pensiones, nos fijamos en las viudedades la subida es mayor. La prestación media es un 8% superior a la de hace un año, una vez de que se aplicaron las medidas para mejorar unas pensiones un poquito ridículas. Ya sabemos que Almería tiene junto con Orense y Lugo las pensiones más bajas de España. En esto la culpa no es de ninguna marginación secular tipo lo que ocurre con el tren. Es producto de la estructura económica. La industria tiene pensiones más altas porque tenía sueldos mayores. De ahí que un jubilado vasco, ya lo hemos comentado, gane un 50% más que un almeriense.

Las viudas han mejorado. Hace unos cuatro años, en otro artículo sobre la situación de estas pensiones ya comentaba que de media recibían 543€. Ahora está en 603. De acuerdo, tampoco es para organizar muchas fiestas. Pues, sin embargo, estas subidas plantean una cuestión inquietante. No sólo en Almería, en el conjunto de España las pensiones han subido una media de más del 5% en un año, pero lo sueldos de quienes tienen empleo tienen actualmente menos poder adquisitivo que en 2008. ¿Hemos dicho, como ejemplo, que en Almería hay casi 106.500 pensionistas? Pues el total de personas trabajando son 337.000. Extrapolemos el dato a toda España y es un poco como amargar el verano al prejubilado. Es evidente que después del lio de las manifestaciones y las promesas, no se vuelve al factor de sostenibilidad, ese que subía un 0,25% en lugar de casi el 6% que ha ocurrido finalmente. La conclusión es, curiosamente, que los pensionistas siempre exigieron que su prestación subiera lo mismo que el IPC, pero van a conseguir una mejoría notable, por encima de lo que reclamaban. Lógicamente no van a renunciar a ello y son casi 10 millones de votantes. Así, mientras nos entretenemos en si es mejor votar otra vez hasta que salga el resultado correcto, y pasa el verano feliz como un riachuelo, el déficit de la Seguridad Social aumenta y la solución para el problema de las pensiones ni siquiera se vislumbra.

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