Volver a la rutina

Resolver nuestra circunstancia supone resolver nuestra identidad y por lo tanto dejar de huir de nuestro drama

Según la RAE la rutina es una costumbre sobre algo que supone un conjunto de hábitos. En ese caso ese grupo de prácticas se componen por el trabajo, la vida familiar, etc, esa circunstancia de la que nos alejamos en verano (quien tenga la fortuna de tener vacaciones) y a la que regresamos en septiembre. Por lo general no solemos ser amantes del reencuentro con la rutina porque es un proceso parecido a la frustración. En el momento en el que aparece un tiempo de descanso consideramos que podemos ambicionar otra clase de existencia distinta donde todavía cabe la esperanza. Dicho de otra forma, alejarse de la rutina es alejarse de nuestro drama personal. Y regresar a lo habitual nos indica que la esperanza ya no tiene sentido y que nuestro drama por lo tanto ha vuelto a nuestras vidas. El problema es que el drama no existe para ser sustituido por otra circunstancia sino para ser resuelto y no resolverlo es lo que nos lleva a huir de él. Si por alguna razón la rutina nos abrasa y nos agota es porque no está resuelta nuestra circunstancia. Si nuestra energía fuera a dicha resolución el drama no implicaría la necesidad de una huida del mismo y por lo tanto el retorno al mismo no supondría un dolor. En este caso se hace muy necesario Ortega y Gasset cuando dijo: "yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". Ortega exponía que cada uno vive con su miedo y no que podía separarse de el. De la misma manera tampoco uno podía separarse de la circunstancia. Solo cabía aprender entenderse y convivir con la circunstancia; coger fuerza de la unión entre ambos. La reflexión de esto es que lo que somos no puede entenderse sin nuestra circunstancia y viceversa. Es más, lo que somos no existiría sin nuestra circunstancia y eso hace que este esté justificada. Me detendré en esta afirmación: lo que somos no existiría si no tuviéramos la circunstancia que tenemos, aunque no nos guste. Esto es importante. Por lo que sacar el mayor rendimiento de ella nos ayuda a sacar mayor rendimiento de cada uno. De esta forma si encontramos el equilibrio y la conjunción entre estos dos elementos resolvemos la ecuación, el drama, y por lo tanto la vuelva a la rutina deja de ser un problema. La rutina es la circunstancia y debe ser resuelta lo antes posible. La vida basada en una periódica huida, cada verano, no resuelve nuestra existencia en absoluto.

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