Cuando se publique este artículo estaremos en fase 1. Trabajadores incluidos en los ERTEs habrán sido rescatados y no volveremos la vista atrás. Quizás. Porque si no lo hacemos será para poder fijar la vista en lo que viene, que nos pille por sorpresa. Terminó abril. No puede resistirme a recordar el archiconocido verso de T.S. Eliot sobre el mes más cruel, el que mezcla memoria y deseo. Laboralmente hablando ¿ha sido abril el mes más cruel? Me respondo a mí mismo: creo que no. Hemos conocido muchas cifras. Una sobredosis, en realidad. En una semana han confluido todas las estadísticas laborales posibles. La última, los datos de paro, afiliación a la Seguridad Social y prestaciones por desempleo. Estas últimas, las de protección por desempleo especialmente en la vertiente gasto y aunque el Gobierno ha adelanto lo sucedido a nivel nacional en abril, tiempo tendremos de comentarlo como merece. Los datos de protección por desempleo se conocen dos meses después. Esto es, los resultados provinciales publicados la semana pasada corresponden a marzo. Los de abril, los buenos, los que ya se anunciaron como espectaculares -por lo oneroso- los sabremos a principios de junio.

No nos dejemos -aún no- llevar por el pesimismo. Cierto que los ERTES de fuerza mayor que han afectado a millones de trabajadores. En Almería a 32.276, y esto viene a ser el 11% de los afiliados a la Seguridad Social. Entre esos afiliados cuya media mensual es de algo más de 288.000 están, también, 107.000 pensionistas, y 37.800 parados que reciben algún tipo de prestación o subsidio. A estas alturas estos últimos son los parados tradicionales, quien lo iba a decir. Vas sumando y resulta que 177.000 de ese total de afiliado, y por tanto más de la mitad, recibe o prestación por desempleo o pensión. La buena noticia es que esos ERTES han sido de suspensión o reducción de jornada. Con ello se han salvado miles de empleos y, de paso, las arcas públicas. No es lo mismo uno o dos meses cobrando que una panorama largo de prestaciones y subsidios.

Así, pues, podemos felicitarnos del tema ERTE. Eso sí, una vez más, la nunca resuelta dualidad del mercado laboral vuelve a manifestarse. Han ido a ERTES especialmente los trabajadores fijos y directamente a la calle muchos -no todos- temporales. Estos próximos meses despejaran el escenario. Quienes vuelven, quienes no regresan, que empresas continúan, cuales quedan atrás.

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