Vota lo que te dé la gana. Faltaría más. También en las próximas andaluzas. Ahora bien, si te llega un mensaje por mail diciendo que vas a recibir una alta suma de dinero, que solo tienes que dar tu número de cuenta, ¿lo harías? ¿te fiarías? Entonces, ¿por qué debes fiarte de todos esos memes que te llegan por whatsapp? ¿vas a votar solo por lo que se habla en el bar? ¿en base a ciertos datos que te ha dicho tu vecino o tu cuñado? Estás en tu derecho, desde luego, pero no digas después que te han estafado, que te ha defraudado ese partido al que votaste, que no pensabas que las cosas iban a ir tan mal...

Voy a permitirme algunas sugerencias al respecto. Sería deseable que leyeras algo de un tal Jospeh Keynes o algo que se haya escrito sobre él. Descubrirás que es el creador del llamado "Estado del bienestar" y que es un economista británico, abiertamente capitalista. Si te gusta lo que lees, ahora busca el partido que propone cosas similares, de entre los que tenemos en España. Tal vez te sorprenda.

Tampoco estaría mal que leyeras sobre el proceso de paz en Irlanda del Norte y como el Sinn Féin es un partido tan normalizado, que incluso el gobierno británico les apoya. Verás cómo si el argumento para que un partido terrorista deje las armas es que utilicen la vía política, luego se debe respetar dicha vía. Se llama normalidad democrática.

Estaría bien que te informaras sobre la manera en que el fascismo llegó al poder en Alemania, sobre su auge en Francia, sobre las estrategias de propaganda que utilizan… Ligado a esto, no estaría mal "bichear" en Internet sobre cómo los medios de comunicación manipulan los mensajes, cómo las redes sociales solo buscan sembrar odio (es más rentable económicamente), cómo la transición fue ejemplar y pacífica pero a la vez se quedaron los mismos altos cargos franquistas en las instituciones, dejando la "herencia" a sus allegados… Así tal vez entiendas ciertas cosas.

Una vez hecho todo eso, te propongo un sencillo ejercicio: escribe en una lista lo que te gustaría para ti mismo, para tu familia y para la gente que te rodea, y luego compáralo con los programas electorales de todos los partidos. Ya sé que es deporte nacional no leer ni un programa y apoyar lo que dice mi vecino a voces en el bar, pero mantengo la vaga esperanza de que lo hagas. Quizá, de nuevo, te sorprendas.

Y entonces, vota. Vota lo que quieras de verdad.

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