El callejón del gato

Vox y su renacimiento

Con el renacimiento de VOX nos equiparamos a la Europa donde ya habían aparecido movimientos similares

El cuatro de febrero de 2014 escribí en esta misma columna un artículo titulado NACE VOX. Dicho artículo comenzaba así: "La unidad por la que se ha caracterizado la derecha española, desde que desapareció la Unión de Centro Democrático, no dejaba de ser una rareza en Europa. En cualquiera de los estados de nuestro entorno la derecha se distribuye en escalas dando lugar a distintas formaciones. En España, unos por la atracción que suscita el poder y otros por evitar a toda costa que la izquierda gobierne, han propiciado que desde hace décadas el Partido Popular haya sido el refugio de toda la derecha española donde inevitablemente convivían sensibilidades de distinta naturaleza". Más adelante me refería a la aparición de VOX como una posible amenaza a la unidad de la derecha concentrada en el PP, en una época en la que se hallaba con problemas debido a la corrupción y a las desavenencias de algunos de sus dirigentes. Y terminaba el artículo de la siguiente manera. "Peligro. VOX nace como una alternativa al Partido Popular para quienes votaban a Rajoy como un mal menor, a falta de otra formación inequívocamente de derechas. El tiempo lo dirá". Contra mi vaticinio, su presencia pronto cayó en declive y hasta la fecha no había tenido la menor influencia en la política del Estado. Confieso que más de una vez pensé que me equivoqué en el pronóstico, habiéndole dado demasiada importancia a un partido fugaz que no había cuajado en el estadio de la política. Pero lo cierto es que, tras haber permanecido en el letargo, hoy renace con fuerza mostrando a cara descubierta y sin complejos su ideología ultraconservadora, dispuestos sus dirigentes a reconquistar España. Con el renacimiento de VOX nos equiparamos a los estados europeos donde ya habían aparecido movimientos similares, pero con una diferencia sustancial: mientras que en Europa han sido marginados por los partidos democráticos, en España el PP y Ciudadanos no sólo le han abierto las puertas, sino que están bajo su tutela. Hasta en el lenguaje ambos partidos tienen que guardar la compostura. Así vemos a Pablo Casado y a otros políticos de la derecha haciendo malabares en sus intervenciones para evitar la expresión "violencia de género", que puede resultar molesta a los oídos de Santiago Abascal. Parecerá una tontería pero esa manera de autocensurarse sometiéndose a sus postulados a la hora de hablar, demuestra que VOX ha renacido cogiendo la sartén por el mango.

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