República de las Letras

Vuelva usted mañana

Quizá este artículo se debería titular, más modernamente, "¡Coge el puto teléfono!"

Con la pandemia se puso de moda lo de la cita previa para cualquier gestión en la Administración del Estado, fuese al nivel que fuese. Para que te reciban y tramiten, tienes que tener cita previa, si no, pierdes el tiempo. Quizá usted, lector o lectora tenga alguna experiencia que contar en este sentido. Lo típico es que, como un pardillo, uno vaya al organismo correspondiente y se tope en la puerta con un guarda jurado. ¿A dónde va usted? ¿Tiene usted cita previa? ¿No? Pues tiene usted que pedirla por teléfono. Te vas, llamas y no lo coge nadie. Te puedes pasar toda la mañana llamando, incluso varios días: no lo cogen. Quizá te remitan a la página web del organismo en cuestión, donde, invariablemente, te dicen que no funciona el correo electrónico y que la única vía para obtener la cita previa es… el teléfono. Es aquel viejo "Vuelva usted mañana" de Mariano José de Larra (1809-1837), que nunca se superó y vuelve a estar en toda su vigencia con la pandemia.

No hace mucho, en Europa se habló de los países PIGS. Eran Portugal, Italia, Grecia y España (Spain). Jugando con el significado del vocablo inglés, que en español se traduce por cerdos, querían designar a los países mediterráneos de la UE que no funcionan, que son de segunda, que solo son útiles como mercado. Eran para ellos países desorganizados, de improvisadores, de indolentes y de vagos. España entre ellos. Ya, ya sé que no, pero eso pensaban los laboriosos, organizados, eficaces, protestantes y hanseáticos europeos del norte. Bueno, pues algo de eso hay. Cuesta mucho concebir cómo puede funcionar el país si quienes lo hacen funcionar, que son los funcionarios -de ahí su nombre- no se sienten motivados, bien pagados, con sus derechos respetados, pero incentivados para ser eficaces. Hombre, dirá el lector o lectora, siempre hay alguno, el típico novato al que se carga todo el trabajo o se pone cara al público, o la típica eficiente que puede con todo el papeleo y por tanto tiene siempre la mesa hasta arriba mientras los demás casi la tienen despejada. Pues nada, si tiene usted la suerte de dar con él o ella, y no con el inútil de al lado, que también los hay, puede darse con un canto en los dientes. Pero qué pasaría si en las empresas, por ejemplo, entre otras, las que pasan la ITV, no cogieran el teléfono. En el mundo moderno, en la Unión Europea, en la era digital, no cabe el Vuelva usted mañana.

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