Carta del Director/Luz de cobre

Vuelve el fútbol, llega la 'Nueva Normalidad'

Vamos a tener un verano de fútbol ininterrumpido. La mejor señal de que la situación retorna a la normalidad

Llega la 'Nueva Normalidad' con toda su fortaleza. La Fase 2 ha acabado por romper todos los muros invisibles, pero intocables, que nos habían encerrado como en un zoológico durante casi 80 días y hemos pasado a la fase vacacional, a la fase safari. Aunque todavía no podemos viajar con libertad a otras provincias, si es cierto que hemos tomado la calle, los bares y los comercios como si no hubiera un mañana. Desconocemos lo que puede pasar en unas semanas y vamos a aprovechar este tiempo con la intensidad que merece. Hemos soltado a la fiera y se ha desbocado, con matizaciones, mucho más de lo que pensábamos.

Y es que si había un elemento para definir que las aguas vuelven a su cauce, con responsabilidad y criterio, sí, pero a su cauce, es que el fútbol regresa en unos días. Ya vemos que los periódicos hablan de entrenamientos, de fichajes, de competición. Es verdad que no va a ser como antes, porque por ahora no va a haber público en los estadios. Pero, a quién le importa esto si vamos a ser capaces de sentarnos frente al televisor y poder ver un partido tras otro como hasta que se nos ponga cara de balón. Decía que hay fronteras, la provincial, que no se cruzan todavía, pero eso importa menos, si casi todos los días de la semana las distintas cadenas van a inundar nuestro salón de partidos, de jugadas polémicas, de árbitros que no han sido justos. Vamos a poder desplumar al "trencilla" de turno como si fuera un pavo americano por el Día de Acción de Gracias.

'Nueva Normalidad' de los niños en la calle, de las risas en los parques, de las cervezas en las terrazas, de los baños en las playas. 'Nueva Normalidad' trufada de fútbol para olvidar que hemos estado ochenta días más cerca del infierno que nunca en nuestras vidas. Porque todos los indicadores apuntan a que el virus remite, incluso son cada vez más las voces que alejan un posible rebrote en otoño. Y aunque así fuera, la COVID-19 nos va a pillar pertrechados, más preparados, con los hospitales a punto, con las mascarillas en los cajones y con las despensas llenas porque somos previsores.

Conocemos que en salud vamos a estar preparados, pero no tenemos tan claro que la situación económica se vaya a corregir al alza en la misma medida que ha descendido al purgatorio en estos tres meses. ¡Y qué importa! El verano está ahí con toda su grandiosidad, con todo el positivismo que acarrea, con días interminables, con jornadas maratonianas de terrazas, chiringuitos, arena y agua salada. Verano con mayúsculas, en el que todo es posible y hasta los buenos deseos se cumplen. Y sí, aunque no lo crean, además vamos a tener fútbol casi todos los días por televisión. El mejor síntoma, la prueba del algodón de que recuperamos nuestras vidas. Y qué mejor forma de convencernos de ello que ver uno, dos, tres o hasta cuatro partidos cada día. Los habrá. Sáciense.

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