El callejón del gato

Zipi y Zape

Al día de hoy los confundo y no sabría decir cual de ellos era el rubio y cual el moreno

Z IPI y Zape son dos traviesos hermanos gemelos creados por el autor de cómics José Escobar en el año 1948, uno rubio y otro moreno, cuyas peripecias en el seno de una familia acomodada y burguesa, forman la trama de la historieta. (El párrafo que precede es una cita literal de Wikipedia lo que declaro bajo juramento, curándome en salud, ante cualquier periodista perspicaz que trate de acusarme por plagio). Pues bien, los dos hermanos eran idénticos y sólo se diferenciaban en que uno era rubio y otro moreno. Al día de hoy los confundo y no sabría decir cual de ellos era el rubio y cual el moreno. Algo parecido me está pasando con Pablo Casado y Albert Ribera, que no acabo de separar la imagen del uno de la del otro. A veces nombro a Albert Ribera cuando me estoy refiriendo al presidente del Partido Popular y a Pablo Casado cuando me refiero al fundador de Ciudadanos. Su mimetismo ha ido creciendo conforme ha ido pasando el tiempo de tal manera, que hoy comparten peripecias al unísono y en complicidad al estilo de los hermanos Zipi y Zape. En el pleno celebrado en el Congreso de los Diputados el pasado jueves se trataron asuntos de gran importancia. Uno relacionado con el Programa de Activación para el Empleo y otro relacionado con las medidas urgentes para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de género. Ninguno de los dos temas que afectan al interés de una mayoría, cobraron importancia para Pablo Ribera y Albert Casado (o viceversa). Como los gemelos Zipi y Zape, ambos concentraron su atención en una noticia aparecida en la portada de un periódico acusando - sin pruebas - irregularidades en la tesis doctoral de Pedro Sánchez, provocando semejante alboroto en la Cámara, que la tesis del Presidente del Gobierno se convirtió en el centro del debate aunque no apareciese en el orden del día. A lo que tampoco prestaron atención fue al Decreto de Modificación de Memoria Histórica que permitirá exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, sometido a votación y aprobado por mayoría. En este caso el Partido Popular y Ciudadanos, a remolque de sus líderes cogidos de la mano, se abstuvieron en la votación equilibrando su posición de cara al puñado de votos de los nostálgicos del franquismo que flotan en el aire. Como supongo que a las elecciones irán por separado, siendo tan parejos como Zipi y Zape, muchos simpatizantes van a tener que lanzar una moneda al aire y decidir su voto a cara y cruz.

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