Libertad Quijotesca

Irene Gálvez

Zorba se encontró con Lorca

La libertad responsable y la dignidad de la humanidad comienzan por la educación y el aprendizaje

S Al escuchar el nombre de Zorba, el griego, aparece el rostro de Anthony Quinn, y como un rayo acuden a nuestra memoria las notas del sirtaki que compuso Mikis Theodorakis para la versión cinematográfica de una de las novelas más conocidas del escritor griego, cretense para mas señas, Nikos Kazantzakis. Precisamente buscando el encuentro con otro paisano de Creta, el pintor fascinado por Toledo, Doménikos Theotokópoulos, popularmente conocido como el Greco, fue que Kazantzakis llegó a España por primera vez. El escritor heleno amo a España, en palabras de su esposa Eleni Samiou, "la presento con cariño y simpatía como la patria de un magnifico pueblo que sufrió mucho pero, también, aportó mucho a la cultura mundial".

Autor de una extensa obra que abarca poesía, novela, ensayo, libros de viaje y teatro, posiblemente sea el pensador griego más importante del siglo XX. Fue durante esa primera visita a nuestro país, el verano de 1926, que conoció a Federico García Lorca "una noche, en un salón de la Universidad de Madrid". Kazantzakis regreso a España en 1936 como corresponsal de guerra del diario Kathimerini, uno de los más importantes de Grecia. Resultado de aquella época fue un libro dedicado a nuestro país, conmovedor y lleno de la honestidad intelectual de las personas que pasan por la vida plantando árboles sin importarles si disfrutaran de su sombra, o de los frutos que puedan dar: Viajando España ¡Viva la muerte!.

Las páginas que dedicó al inmortal poeta granadino son de una belleza que alcanza el corazón y provocan el pensamiento sin dilación. Federico no dejaba de hablarle de su sueño más preciado "un renacimiento espiritual de su patria…solamente existe un camino de salvación: educar al pueblo. Hemos iniciado el camino. ¡Con la ayuda del Dios de Don Quijote! ...tan grande sentía su anhelo, su empuje, su pensamiento". Lorca se puso en camino con la compañía universitaria de teatro La Barraca porque la libertad responsable y la dignidad de la humanidad comienzan por la educación y el aprendizaje, en cualquier tiempo y lugar. La pasión y el compromiso compartido por todo aquello que nos hace personas unió a Lorca y a Kazantzakis, su ejemplo de vida nos sirve de inspiración, su preocupación por la educación como medio y valores imprescindibles para la libertad.

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