Carta del Director/Luz de cobre

Lo que ábalos nos dejó

Tengo la sensación de que el ministro Ábalos vino a Almería como el que lo llevan al patíbulo, a la fuerza

Hace exactamente dos semanas, en este mismo espacio, escribía sobre el AVE con Murcia y como lo ve un optimista, un pesimista y un equilibrado. Cada uno con sus percepciones y atendiendo a la realidad, siempre tozuda, que los distintos gobiernos, -da igual el color- han tenido con esta provincia y sus infraestructuras. Después de la visita del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tenemos algunos argumentos más, nuevos datos y conceptos que me permiten analizar desde otros puntos de vista el futuro de la infraestructura. A fuerza de errar en alguna opinión -les ruego me disculpen por ello- tengo claro que el ministro vino a Almería porque la presión de todos los que aquí vivimos, entre los que me incluyo, se les hacía insoportable. No para él, que está en otros asuntos y en un escalón superior, sino para aquellos que representan al Gobierno y al partido que lo sostiene en la provincia.

Después de analizar cada una de sus palabras he de reconocer que fue valiente. A su manera, pero valiente. No tenía opciones. Haber insistido aquí, que mantenían la fecha de 2023 para la llegada del AVE a la capital, como hasta hace unos días sostenían sus correligionarios, hubiera sido un duro golpe de credibilidad que no estaban dispuestos a soportar y temerario.

Bien. Dicho esto, todo lo que nos encontramos a posteriori fue un discurso aprendido de memoria, estudiado con minuciosidad y tirar de argumentario. Si más. No encuentro ni un solo motivo para ser optimista con respecto a la principal infraestructura que esta tierra tiene pendiente y que los sucesivos gobiernos han metido y sacado una y otra vez en el cajón, según les convenía. Les digo hoy, y estamos a cuatro o cinco años de que la promesa se cumpla -nueva fecha puesta por el señor Ábalos para que los AVE surquen territorio indálico- que lo afirmado ese jueves fue lo que de forma coloquial se conoce como una "patá p'alante". A poco que desmenucemos el estado de las obras y grado de ejecución de los distintos tramos, llegamos a la conclusión de que, una vez más, es imposible cumplir con la palabra dada.

Es lo que hay y nos aferramos a ello, a sabiendas de que el papel lo aguanta todo y no digamos las palabras, que se las lleva el viento, ya sople de levante o poniente, lo mismo da que lo mismo tiene, porque el resultado es el mismo. Cualquiera sabe donde estará el señor Ábalos en el año 2025 o 2026 como para que le importe lo que afirmó un buen día de fin de invierno en Almería allá por 2021. Y si no que le pregunten a sus antecesores recientes, empezando por Álvarez Cascos, Magdalena Álvarez, Ana Pastor o Íñigo de la Serna. Pocos se acuerdan de ellos. Tan sólo quedan las hemerotecas y las grabaciones de televisión y radio para dar pública fe de cuánto se puede mentir ejerciendo la política y como juegan con la ilusión de los demás y el dinero de los españoles.

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