Utopías posibles

Yo adoctrino

Hay que decir de manera clara y tajante que es imposible no transmitir valores en la escuela

En los últimos tiempos estamos asistiendo a una interpretación un tanto "peculiar" (por no decir malintencionada) de lo que significa educar. Parece que la escuela solo puede dedicarse a transmitir conceptos técnicos derivados de cada una de las materias que se imparten, es decir, que más allá de la tabla de multiplicar, los verbos irregulares en inglés, una cronología de hechos históricos (sin ningún tipo de valoración ni contextualización) y las partes de la célula, no debemos hablar de nada más. La derecha conservadora y la derecha liberal se llenan la boca de decir que el cometido de la escuela debe terminar ahí, que la educación en valores es cosa de la familia, y que lo contrario es adoctrinar.

Hay que decir de manera clara y tajante que es imposible no transmitir valores en la escuela. En bastantes casos, el alumnado pasa más tiempo semanal con su profesor o profesora, y también con otras personas de su edad, que en casa. En la manera en que nos relacionamos, los conflictos que surgen, la forma en que se toman decisiones, el trabajo individual o en equipo, el buen o mal trato que nos damos... siempre hay valores. Si somos o no igualitarios e inclusivos con las niñas, el alumnado de otras nacionalidades, las familias procedentes de entornos desfavorecidos, el alumnado con necesidades educativas específicas, alumnado con gran desfase curricular… todo ello acarrea en sí mismo una enorme carga de valores e ideas sobre el ser humano, la sociedad o la justicia, que en muchas ocasiones necesita ser verbalizado. El discurso político del "no adoctrinamiento", entendiendo adoctrinamiento como "cualquier tipo de ideología", incluyendo la democracia, los derechos humanos, la igualdad, la justicia social, y tantos otros que nos ha costado mucho construir, es muy peligroso. Quienes lo expresan también adoctrinan en el inmovilismo y el conservadurismo más absoluto, y adoctrinan en su propia idea de sociedad, que seguramente está muy alejada de aquello que denuncian.

Si adoctrinar es transmitir la idea de que la sociedad puede mejorarse, que las relaciones humanas deben basarse en el respeto y la igualdad de derechos y oportunidades, que la diversidad es un elemento enriquecedor, que la toma decisiones debe ser democrática, desde el diálogo y la argumentación, que los derechos humanos son irrenunciables, y un largo etcétera, entonces lo tengo claro. Yo adoctrino.

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