Carta del Director/Luz de cobre

El agua desalada y su precio

No entiendo que los que hacen de la bandera su guía se nieguen a reducir las extracciones de los Pozos de Bernal

El Pleno del 7 de julio aprobaba, parece que de forma definitiva, poner casi a pleno rendimiento la desaladora de la capital. Una planta, de enorme inversión, que lleva funcionando a ralentí demasiados años. El motivo no ha sido otro que el 'miedo' de las distintas corporaciones a afrontar la notable subida del recibo del agua que supondrá, hasta de un 20% en 2022.

Entiendo que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de la capital ha sido valiente en sus planteamientos. Capaces, con la oposición del PSOE, Podemos y Ciudadanos, de avanzar en la senda ecológica y medioambiental sostenible que demanda la sociedad en la que vivimos. No podemos, seguir extrayendo agua de los pozos de Bernal y esquilmar cada día un poco más los acuíferos. Hemos de ser conscientes que cada año llueve menos en la provincia y las extracciones crecen y crecen. El resultado final, creo, que parece más que evidente.

De ahí que no comprenda a los que cada día tratan de darnos lecciones medioambientales. Apuntan al objetivo de acabar con el histórico déficit hídrico de la provincia y luego cuando se pone sobre la mesa la posibilidad de ahorrarnos extraer de ellos una cantidad importante de hectómetros cúbicos, su oposición es frontal.

Puedo entender que sea necesario buscar la fórmula que permita a aquellos que menos tienen encontrar o se busque algún tipo de bonificación. Es un planteamiento social que debe ser atendido por quienes rigen los destinos municipales. Pero no comparto, insisto, que los que han hecho de la bandera verde su razón de ser, se nieguen a reducir las extracciones de los acuíferos del Poniente, aunque el bolsillo de las familias de la ciudad deba ser tocado un poco más.

Es importante, además, que la capital, que acaba de superar los 200.000 habitantes, sea autónoma en lo que a abastecimiento de agua en los hogares se refiere. Con seguridad a ningún gobernante del Poniente se le ocurriría cortar el suministro de estos sondeos. Pero si gran parte de la comarca ya se abastece de la desaladora construida en Balanegra, en aras de conseguir la regeneración de los yacimientos subterráneos de agua, con su consiguiente coste, nadie en su sano juicio puede pretender que los vecinos de Almería mantengan las extracciones por un precio más bajo. Un recibo más asequible está muy bien, pero en la sociedad del primer tercio del siglo XXI que nos ha tocado vivir, se precisa caminar en soluciones medioambientales sostenibles y una de ellas es tratar de ahorrar agua de las entrañas de la tierra y obtenerla de la desalación. Para aquellos que busquen justificación en la contaminación por salmuera de este tipo de plantas, aclararles que la opción siempre es más válida que la de secar, en el término literal de la palabra, los ríos y bolsas de agua subterráneas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios