Opinión

MARGARITA COBOS

Con el agua no se juega

CGUAL solicitó al Ayuntamiento la aportación de 1,25 hectómetros cúbicos de agua a la desaladora

Concluía el mes de julio con un artículo en estas mismas páginas hablando de agua y, cosas del azar, reanudo el curso político, aunque en el ámbito municipal nunca se desconecta, con otro sobre el mismo tema. Y es que, como ha dicho muchas veces nuestro alcalde, en Almería "el agua no sólo sirve para beber, sino también para comer". Y con las cosas de comer no se juega. Hace poco más de un mes nos congratulábamos de la colocación de la primera piedra de la conexión entre los depósitos de la Pipa Alta y San Cristóbal, que va a permitir que todos los barrios de la ciudad puedan recibir agua desalada, y de la mejora de la depuración de las aguas residuales de Cabo de Gata, la Almadraba y la Fabriquilla, el principal enclave medioambiental de Almería, ambas obras que suponen una inversión total de unos 25 millones de euros. Y lo que nos trae aquí ahora también tiene que ver con la desalación y la depuración, aunque por otros motivos. A finales del verano del año pasado, la Comunidad General de Usuarios de las Aguas Depuradas de la EDAR de Almeria (CGUAL) solicitó al Ayuntamiento la aportación de 1,25 hectómetros cúbicos de agua de la desaladora, petición que fue aprobada por la Junta de Andalucía en diciembre de 2020, a pesar de lo cual aún no se hecho efectiva. Y no se ha hecho no porque el Ayuntamiento no quiera, sino porque los regantes aún no han firmado el convenio que regula la cesión del agua desalada. El Ayuntamiento ha estado, está y estará con los agricultores y con nuestra agricultura y, por supuesto, quiere ceder agua, esto no admite ninguna duda, tanto depurada, que ya lo hacemos y a coste cero para CGUAL, como, excepcionalmente, desalada, cuya producción tiene unos costes que no establecemos los políticos, sino los técnicos municipales. Vamos a seguir dialogando con los regantes lo que haga falta, incluso mediando entre ellos ante las diferentes sensibilidades existentes, siempre desde la buena voluntad y las ganas de llegar a acuerdos, pero manteniendo alejados la demagogia y el populismo porque el agua es un tema tan serio y tan sensible en una provincia tan seca como la nuestra que no admite colores políticos, aunque algunos se empeñen en tener su minuto de gloria ofreciendo soluciones mágicas a problemas complejos.

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