Para el PSOE de Andalucia los últimos 4 años han sido de pecado. De más ha dado de síel candidato Juan Espadas ante tanta improvisación para un partido que no ha sabido echarse a la calle, donde el PSOE tenía su alma, y no ser capaz de movilizar ni a sus militantes.

De aquellos lodos estas agonías de ahora. Mientras,dejemos pasar el verano, pero en el otoño de los primeros fríos, cuando los árboles de la Plaza Bendicho manden a otros árboles mensajes a través de los pájaros, fascinado por la gramática de la naturaleza, intento evadirme de mis cantos agoreros, pensando en el lenguaje de esos pájaros y en el de los políticos municipales que habitan esa plaza a quienes nadie reclama nada ni nadie les pide cuentas.

Ahí están, magos del ahuecamiento sin remisión, como ajenos al próximo reto de las elecciones municipales de mayodel 23, ayuno de calles, de barrios, de gentes, de militantes socialistas..., aunque siempre habrá optimistas de palacio que te tacharán de grajo emitiendo malas señales porque el ego -me dicen- el sectarismo y el dogmatismo parece haberse hecho casta. Aunque yo, más bien,creo que se trata de un subidónn de ego, de soberbia, de «yo mi me conmigo» que decía Sabina y donde la "egocracia" es el máximo pecado de un partido enclaustrado en el cuarto oscuro de la sucia culpa del inconsciente. Vendrá mayo y señalarán al candidato como el causante de la ruina, la puta pandemia o vaya usted a saber qué para justificar las miseria y agonías que oculte el dramatismo de la verdad de aquellas tempestades con estos lodos.

Entretanto, que síganse utilizando, como Winston Churchil, un bastón para espantar a los gatos negros que se encuentren en el camino o a los agoreros, como yo, que pronostican, una vez más, lo que es un grito en la ciudad. Claro que siempre quedará por descubrir si es mejor perder el gobierno municipal o perder el alma, o las dos cosas a la vez. Mientras tanto me pregunto: ¿dónde esta el alma del PSOE?