Siberia se deshiela, Rusia muestra signos de debilidad, y el futuro predice que China quiere expandirse por sus espacios ricos en materias primas y potencial agrícola extraordinario. Putin sabe que su país está en plena decadencia. Las estructuras con que quiere apuntalar, para renovarlo, son insuficientes, no adaptadas al signo de la época venidera, necesita tiempo para poder resistir, y equipararse, a sus dos grandes competidores. Quiere representar que aún es fuerte y poderosa la nación rusa. El giro de Ucrania hacia la órbita occidental significó una provocación ante Rusia, cuya aceptación significaría una señal de debilidad que constatara su fragilidad, por lo que ha optado por la aventura de la guerra, creyendo que con sus grandes masas de carros de combate, y soldados, barrería al Estado ucraniano. La realidad le ha puesto en una situación difícil, pues ha de optar por seguir apostando en tropas y material bélico, o recurrir con el músculo nuclear que hace que aún sea temible. Es una disyuntiva que pone el futuro mundial en trance de entrar en una época de oscuridad, muerte y atraso. Tanto Rusia como Ucrania han sido enfrentadas para jugarse su existencia como realidades nacionales. ¿Por qué resiste Ucrania? Primero, la táctica militar usada por Rusia es anticuada, pues ya no se hace la guerra en campo abierto, con grandes batallas de carros ni tropas. Ya tuvo un aviso en la nueva guerra en Afganistán, como USA en Vietnam. Otro tanto igual le ocurrió a Israel en la última invasión de la franja de Gaza. Los nuevos soldados son guerreros, milicias de estructura flexible, fuertemente ideologizadas, o profesionales bien cualificados, incentivados por el dinero o una elevada moral de combate. La guerra las hacen los profesionales o civiles en milicias irregulares. Segundo, Rusia se enfrenta a nuevos materiales bélicos, que paralizan su masa de armamento blindado. Tercero, Ucrania está apoyada por USA y Europa Occidental. Estados Unidos, sabedora del peligro que supone China, y su pretendida expansión, ha iniciado la jugada. Atrae a Ucrania a su órbita, pues piensa que Rusia se descompondrá, posibilitando así poder adelantarse a los chinos en el reparto siberiano. De paso su complejo industrial - militar hace caja. Europa Occidental es la gran comparsa. Francia y Alemania son aliados forzados, mientras Inglaterra ha optado por volver a una futura Comunidad anglosajona. En esta jugada, Europa sigue debilitándose, evitando que caiga en la tentación de entenderse con el mundo eslavo.

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