Lo aprendí...

Carmen Crespo

Lo aprendí de...

Si ya resulta difícil ser madre, no puedo imaginar lo arduo que puede llegar a ser afrontar, diariamente, la batalla de requerir una atención temprana para un hijo y, mas aún, cuando se es consciente que de ésta depende su futuro.

Créanme que he pensado mucho en ello, tanto que hoy quiero poner sobre la mesa este asunto que estoy convencida que atormenta, y mucho, a esas familias a las que los recortes de la sanidad pública les quita el sueño por la incertidumbre de no saber que pasara con sus hijos sin los niveles de atención temprana que precisan.

Si algo he aprendido de Antonio Guerrero, hombre y abuelo comprometido que hace dos años decidió luchar por los derechos de los niños con trastornos y discapacidad de Andalucia al crear la Plataforma de Atención Temprana, es que atención significa que ese niño debe recibir estimulación, terapias, cuidados específicos, en los primeros momentos, meses, años, de la vida de cara a su desarrollo. Asimismo, sé que temprana significa que cuanto antes mejor.

Es incomprensible, por tanto, la gestión ineficaz que la Junta de Andalucía está teniendo en este asunto. Y lo digo tras haberse constatado que la falta de recursos e inversiones de la Consejería van a dejar fuera del sistema a 4.600 niños a lo largo de este 2018.

Es inaudito, pero es la dura realidad de unas familias que se sienten engañadas por una administración que les prometió más sesiones y cuyo resultado no es otro que un menor número de niños atendidos por el hecho de que no hay presupuesto suficiente.

Ahora, en 2018, la Plataforma de Atención Temprana es la que ya advierte que el gobierno andaluz no acompasa sus palabras con los hechos, puesto que, a pesar de las promesas, no existen partidas específicas ni provincializadas que permitan conocer y evaluar los compromisos para financiar la atención temprana. Es más este presupuesto anual aparecía 28,8 millones de euros para este servicio pero la verdad es que solo se tiene constancia de 26,3 millones de gasto en conciertos con los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT), por lo que existe un desfase de 2 millones. De hecho, la falta de soluciones de la Junta para los menores con trastornos del desarrollo están llevando a estos centros a reducir las horas de tratamiento y por tanto su atención a unos niños para los que un día significa más que 24 horas, es un paso adelante en su dura batalla contra el tiempo.

Son argumentos más que suficientes para hacer reaccionar al gobierno andaluz y rectificar su política social, a fin de poner, también, el acento en este asunto. No hay más vueltas que dar, exigimos que, de forma inmediata, se impulse esa Ley de Atención Temprana digna para Andalucía que reclama la Plataforma. Hay que promover este cambio pues de no hacerlo estaremos llevando la Atención Temprana a un callejón de difícil salida.

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