Los arcos de Artés

Supongo que no era el efecto deseado por el/la proyectista pero no había otros materiales

En mi sabatino paseo con café de la igual normalidad doy por pasar por debajo de los soportales arcados de la recién terminada remodelación de la calle Artés de Arcos en Almería. Almería tiene el privilegio de tener una calle con tres nombres, por tramos, Altamira, Maestro Padilla y Artés de Arcos, son en realidad tres tramos de la misma calle pero a falta de calles para poner nombres imagino que se trocearía la misma en tres, aunque todos la llaman por el mismo, Altamira, Artés de Arcos o que a cada uno le parezca mejor. En la siempre obsesión municipal por a) entorpecer que los automóviles vayan por cualquier sito y b) hacer obras sin parar con o sin necesidad, se ha fraguado por fin la remodelación de la citada calle, o la parte de Artés de Arcos, llamada así porque tiene arcos. Después de molestos meses infernales siempre para los comerciales de la zona que veían que la obra ahuyentaba a los clientes (uno hasta escondió un billete en algún sitio de la calle para atraer a la gente) la obra por fin ha terminado. Y básicamente ha consistido en ampliar las aceras (más aceras, menos calzadas, más carriles bici, menos aparcamientos) , proteger la parte inferior de los soportes de los arcos con un revestimiento de piedra artificial negra con aberturas (crei ver) ideales para echar todo tipo de porquerías a las que somos tan aficionados y revestir el arco con un sucedáneo de placa metálica con juntas visibles y horribles y repintada en un color marrón ni claro ni oscuro, feo, anaranjado marronáceo. Supongo que no era el efecto deseado por el/la proyectista pero no había otros materiales, acero corte, acero inoxidable en una pieza entera, un metal con mejor aspecto, o simplemente un revestimiento pintado o de mortero monocapa (el que reviste tantas y tantas fachadas anodinas) a sabiendas de que tendrá que mantenerse igual que va a tener que mantenerse limpiando y repintado las más que probables pintadas y faltas de civismo futuras esperables. Se agradece la intención de adecentar una calle con inútil alcurnia carcomida por una degradación que siempre se expande como una mancha de aceite que acaba llegando a todas partes. Su sello recientemente fue (creo que se ha erradicado, veremos) una prostitución afincada y visible y la proliferación de comercios que bajan el caché haciendo firme el lema tan histórico y tradicional que hay que intentar vivir lejos. Muy lejos

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios