La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Que arree el que venga detrás

Se protege a los pensionistas a costa de los trabajadores precarios, que no están seguros de llegar a cobrar su pensión

Que los Presupuestos Generales del Estado para 2023 contemplen un incremento muy notable de la inversión para evitar la paralización de la economía e incluso la recesión, es justo y necesario y se hace viable si se desarrollan y ejecutan los proyectos financiados con los enormes fondos europeos. Que contemplen medidas de calado social y ayuda a los sectores vulnerables (transporte gratuito, ingreso mínimo vital, becas, dependencia...), es igual de necesario y justo. Acierta el Gobierno.

Son políticas asumibles en situaciones de grave crisis, digeribles por el Estado del bienestar que hemos construido y compatibles con el grado de presión fiscal establecido en España. No ocurre lo mismo con la subida de las pensiones decretada para el año que viene por motivos puramente electoralistas. Para tener contento al grupo de edad más leal en la llamada de las urnas y más fiel al partido mayoritario del Gobierno (y al único otro que puede serlo).

Las pensiones se llevarán un tercio de todo el gasto social del Estado. La subida tiene un sesgo poco progresista: beneficia a los que cobran una pensión mínima y a los que perciben la máxima, de los que no se puede decir que sean vulnerables. Estamos ante una subvención indiscriminada, como la de la gasolina, aún vigente. Creíamos que la justicia consiste un poco en tratar desigualmente a los desiguales. Como los impuestos salen de donde salen, los trabajadores precarios de ahora serán sacrificados para mejorar las prestaciones de sus abuelos, y sin garantías de que disfrutarán de un sistema de pensiones cuando lleguen a su propia jubilación. Así no hay pacto intergeneracional de ninguna clase. El que venga detrás, que arree.

Bueno, ni hay pacto intergeneracional ni se camina en la dirección de la sostenibilidad de las pensiones. Cuando termine la suspensión de las reglas europeas sobre el déficit y la deuda, tendremos que equilibrar los gastos sociales disparados con los ingresos estancados o escasamente crecientes y tendremos que paga la deuda contraída, porque las deudas finalmente hay que pagarlas (recuerden a Tsipras en Grecia y cómo acabó).

Pero estamos en vísperas de elecciones y de esto no quieren saber nada ni el Gobierno tripartito (PSOE-Podemos-Yolanda), ni el PP de Feijóo ni ningún otro partido que aspire al poder. Solamente Ciudadanos se ha atrevido a decir la verdad incómoda. Arrimadas se sabe derrotada.

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