El bipartidismo sigue vivo

Hace tres años Cs y Podemos amenazaban la hegemonía de PP y PSOE. Hoy se presentan como aliados potenciales

El bipartidismo sale vivo de esta convulsa legislatura. Es sorprendente, porque PP y PSOE fueron tiritando a las elecciones repetidas en 2016, temerosos del auge de Ciudadanos y Podemos. Tres años después mantienen a sus rivales a distancia, convertidos ahora en potenciales aliados. El caso más notable es el de Podemos, partido meteórico que ha revolucionado los modos de hacer política, pero que ha perdido fuerza con la misma rapidez. Pablo Iglesias forzó la repetición de elecciones convencido de que daría el sorpasso a los socialistas. Cuando en 2016 estigmatizó a Sánchez con la cal viva y votó contra la coalición PSOE-Cs, se veía en La Moncloa. En sólo tres años ha purgado a los demás fundadores de su partido, se ha rodeado de incondicionales aduladores y ha instaurado el culto a la personalidad más acusado del arco parlamentario actual.

El cartel anunciado su vuelta retrata a su partido y a él, un líder mesiánico que anuncia que vuelve después de la heroica tarea de cuidar a sus hijos. Vuelve el hombre era el eslogan en los 80 de una colonia famosa, Otelo. La estrella de rock que vuelve el 23 de marzo aspira ahora a ser un socio menor de Sánchez en un eventual gobierno de izquierdas, apoyado por nacionalistas e independentistas. El presidente del Gobierno ha sido más listo; se apropió de su discurso de izquierdas para ganar las primarias del PSOE a Susana Díaz y ha usado -y sigue haciéndolo- el Gobierno para el marketing electoral. Incluso ha cambiado de nombre a las reuniones del Gabinete; ya no son consejos de ministros, sino viernes sociales. Las encuestas le dan al PSOE tres veces más escaños que a Unidos Podemos.

En el otro lado, es asombroso el demarraje hacia la derecha de Ciudadanos. El marketing también ha jugado un papel importante, pero no se explica que Rivera abandone el centro. En los últimos cuatro años, en la pregunta del CIS sobre la percepción que los españoles tienen de la posición de los partidos, Cs se ha desplazado un 14% hacia la derecha, mientras los demás se han mantenido donde estaban. Después de haber criticado la corrupción en el PP y presentarse como adalid de la regeneración, tampoco se entiende que no se abstuviese en la moción de censura contra Rajoy. Su veto actual a una alianza con los socialistas sólo se comprende por el afán de Rivera de ser presidente. Sólo podría batiendo a Casado, porque a Sánchez lo tiene lejos. Pero eso también lo tiene difícil: va por detrás del PP por 10 a 6.

Lo dicho, el bipartidismo sigue vivo.

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