La tapia con sifón

En blanco

Hoy la pescada es bastante más asequible que otros pescados como el gallopedro o la gallineta

Puede que algún improbable lector no haya ido anoche a disfrutar de la recuperada Noche en Blanco, y esté leyendo esto temprano. Puede dejar de leer, porque la columna de hoy va para los afortunados que sí se echaron a la calle, estuvieron de tapas hasta las tantas y luego se pasaron a los cubatas (o como se llamen ahora los pelotazos) en los numerosos bares de copas que se han abierto recientemente. Después de unirme a las felicitaciones a nuestro Consistorio por cuidar el comercio, la hostelería y el descanso de los vecinos del centro, voy a recomendarles a los resacosos un viejo plato almeriense. Un caldito ligero y digestivo que, miren qué coincidencia, se llama "caldo en blanco". Nunca lo he visto en la carta de restaurantes o bares, y sospecho que son pocas las casas en que se sigue haciendo. Solía tomarse cuando estaba uno algo delicado de salud. Como se hacía con pescada, que era bastante cara entonces, se acuñó el dicho "si un pobre come pescada, es que alguno de los dos está malo". Hoy la pescada es bastante más asequible que otros pescados como el gallopedro o la gallineta, que eran muy baratos hace treinta o cuarenta años.

La fórmula clásica del caldo en blanco es: poner agua a hervir con un chorrico de aceite, un tomate, una cebolla, un pimiento verde, ajos pelados, perejil, laurel y pimienta en grano. Se deja cocer unos minutos, se pone sal y se añade la pescadilla, manteniendo un hervor suave unos minutos. Se tomaba con o sin sopas de pan, y algunos le ponían un poco de azafrán. Para que sea más sabroso recomiendo hervir las verduras con la cabeza y las raspas del pescado; colar el caldo, volverlo a poner al fuego y echar la sal y el pescado limpio, dejándolo lo justo para que esté en su punto. Los que gusten pueden añadir al final la cebolla, el pimiento y el tomate. Es muy sano, pero además está riquísimo, no hace falta esperar a estar malico para tomarlo. Como me quedan unas líneas, aprovecho para invitarles a una merienda en la Librería Zebras (Plaza Balneario San Miguel) el próximo viernes a las siete y media de la tarde. Diego Martínez hará la presentación de mi libro "Meriendas en la calle"; habrá pan con chocolate, con sobrasada y con aceite. Además de un postre elaborado por el bar El Cable Inglés y alguna sorpresa a cargo de Belén, la jefa de la librería.

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