La tapia del manicomio

El bluf del boom

Los 'hoolingans' se han caído del guindo y se han dado cuenta de que no son poseedores ni del asiento de plástico

La tropa de aficionados al fútbol, con una ingenuidad conmovedora, siempre se ha considerado propietaria del equipo de sus amores. Y ahora se han sentido expropiados cuando ha visto la luz el proyecto de una especie de Super Liga o Ligue o como se llame, creado por un puñado de millonarios propietarios de una docena de clubes de fútbol, encabezados por Florentino Pérez. Junto a él, un Agnelli (con el apellido basta) y los dueños de seis equipos ingleses, por cierto tres de ellos de nacionalidad estadounidense, otro ruso y otro de Abu Dabi. ¡Toma ya nacionalismo inglés, orgullo imperial y brexit! ¡Toma ya carga de la Brigada Ligera en la guerra de Crimea!

Los "hooligans" se han caído del guindo y se han dado cuenta de que no son poseedores ni del asiento de plástico donde apoyan el culo cuando juega su equipo en casa. No es que fuera un secreto que casi todos los clubes de élite son propiedad de magnates, pero vivían con la ilusión de que el club era suyo, que el fútbol es de los aficionados, como dicen las pancartas y camisetas que se han exhibido estos días. La cruda realidad es que estos clubes son negocios propiedad de sociedades compuestas y encabezadas, mayoritariamente, por gentes sin más patria que los dineros. Muchos, incluso, son de orígenes muy lejanos del territorio cuyo nombre lleva el equipo, como hemos comentado más arriba. ¡Defensa de sus colores! ¡Y de su territorio y su ciudad! Sí, hijo, si. Cuando la dura realidad se impone, el aficionado de a pie ve que es el pardillo de la película, como lo ha sido siempre.

El fondo de la c uestión es que la televisión de pago es quien sostiene la fiesta del más difícil todavía de los precios de los fichajes de las estrellas y estrellitas en un mercado más cerrado que el zoco de Tánger, y se ve que su límite está más cerca que el fin del mundo, que dicen que es inmediato. Los jefes más perspicaces se han dado cuenta de lo que se les viene encima y han tomado las de villadiego para intentar escapar del maremoto. Pero la peña no les ha seguido y está organizando la rebelión de Espartaco, aunque la alternativa es que sigan manejando el negocio Fifa, Uefa y Ligas nacionales. El problema es que nadie tiene en cuenta el quinto principio de la termodinámica que establece que todo lo que sube, baja. Y la ley de Pitágoras que establece que los globos se acaban deshinchando. Es que el desconocimiento de la física acarrea estos males.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios