República de las Letras

En busca del jesús histórico

Siempre nos movemos, en cuanto al Jesús histórico se trata, en el terreno de lo posible. Nunca hay certezas

óscar Fábrega (Almería, 1976), licenciado en Humanidades, investigador de la Historia e integrante del equipo de Candil Radio (Huércal de Almería), se ha dado una buena paliza investigadora para escribir Pongamos que hablo de Jesús, publicado en 2017 por Planeta en su colección Booket. Un libro siempre es una aventura y esta, que se desarrolla en más de 800 páginas muy bien escritas y organizadas, nos lleva a considerar si, de verdad, hubo alguna vez un Jesús histórico. Fábrega, un descreído escéptico, cree que sí, pero que no se parece para nada al Jesucristo que nos ha impartido la Iglesia. Durante estos 2000 años la figura de aquel carpintero que se dedicó a predicar durante unos pocos años y supuso para los romanos un escollo en sus relaciones con las autoridades religiosas judías, hasta el punto de crucificarlo injustamente, ha habido toda clase de tergiversaciones, interpolaciones, añadidos y suprimidos en los diversos relatos que versan sobre su vida y milagros, el primero de los cuales, una carta de Pablo, el verdadero creador del Cristo. Fábrega hace un exhaustivo repaso de los historiadores que han tratado su figura y los criterios que han aplicado para dirimir la falsedad o verdad de los episodios evangélicos. Uno de esos criterios llama la atención sobre todos: paradójicamente, si coinciden todos los textos cristianos de los primeros siglos en los datos, el episodio es falso; si hay discrepancias, diferencias u omisiones, el episodio posiblemente sea verdadero. Porque, además, siempre nos movemos, en cuanto al Jesús histórico se trata, en el terreno de lo posible. Nunca hay certezas. En la obra se analiza la tradición mesiánica judía, la época, la clase social de la familia de Jesús, la cuestión religiosa en aquellas fechas, la política romana de ocupación, la religiosidad judía del personaje y sus apóstoles en contraposición a la de Pablo, que comprendió que solo entre los gentiles podía prosperar la nueva religión, y un largo etcétera que se lee muy fácil, entretenido e interesante en este tomo que se hace imprescindible. Al concluirlo, el lector juzgará con más conocimiento de causa si todo lo que ha sucedido después, si todo este tinglado se ha montado sobre una monumental mentira o algo de verdad subyace y sobrevive entre tanto fanatismo. Enhorabuena a Óscar Fábrega por su mirada independizada de la fe y del adoctrinamiento sobre Jesús.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios