C ON el tiempo que hace y la posibilidad de acercarse a la playa o a tomar una cerveza en una terraza, los aplausos de las ocho pasaron a la historia. Sin embargo, aunque más matizados y sonando en menor medida -depende de los barrios- se ha hecho un hueco la cacerolada de las nueve de la noche. La protesta ruidosa de los descontentos con la gestión de la pandemia del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. No sabríamos definir si tienen toda la razón, parte de razón media razón o ninguna razón. Allá cada cual. Pero lo cierto es que son molestas y fastidian bastante.
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