No es por el campo

Yo lo siento. pero en modo alguno me veo representado ni defendido por los convocantes de esa manifestación

Hay una pancarta grande. Muy grande. En ella solo se lee: "Sí a la caza". Detrás una bandera en la que están dibujadas las palabras "Amigos de la montería. Pesca. Caza". No veo nada más, o mejor, no distingo con claridad cuáles son las otras palabra. Veo luego otra pancarta que dice "En defensa del campo y de sus tradiciones". Y unos curiosos dibujos, donde junto a un tractor aparece una vetusta carreta y luego perros y hombres con escopetas. Y aún otra en la que defiende a los gallos de pelea. Y en la manifestación destaca la presencia de perros de caza. Y en las declaraciones de algún líder se afirma que hay unas cantidades astronómicas en dinero y en puestos de trabajo debidos a la caza. Como si la actividad cinegética fuera la que resolviera los problemas del campo. De pasada también hablan de las diferencias entre campo y ciudad que hay que solventar. Yo lo siento. Pero en modo alguno me veo representado ni defendido por los convocantes de esa manifestación. Por lo que veo, aún arrastran estos convocantes la idea de que el campo es su patio de recreo, un lugar de esparcimiento que alguien debe conservar para cuando ellos quieran ir a divertirse. Es una defensa del campo que huye de los auténticos problemas a los que se enfrenta el mundo rural: inseguridad y falta de servicios. Inseguridad, porque basta un revés en la naturaleza para que se pierdan las cosechas, y también porque la falta de valor de sus productos es nota común: ahí tenemos el aceite, las naranjas, las almendras o las hortalizas. Es una situación que obliga a pagar salarios de miseria: alrededor de tres euros la hora. Y luego la falta de servicios médicos, educativos, de comunicaciones de todo tipo. Esto queda al margen. Y no sé qué tradiciones son las que están en peligro. Espero que no piensen en retomar las de "pagar el piso" o tirar una cabra desde el campanario. Piensan en la que consideran pilar de la idiosincrasia española: los toros. Pero es que los espectáculos taurinos no están en la columna vertebral del campo, donde apenas hay cosos taurinos: son más propios de urbanitas que, so color de defender al campo, lo único que pretenden es defender su propias diversiones, como en el caso de la caza. Yo no quiero que sean estos los que me defiendan. Porque no quiero que me utilicen. Mis intereses son otros. Y creo que los intereses de la mayoría de los agricultores y de los que vivimos en pueblos no son esos.

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