Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

El candidato es él

En el PP están convencidos de que el mejor candidato para las elecciones municipales se llama Juanma

Ajuanma Moreno no le habrá costado ni cinco minutos convencerse de que no hay mejor candidato en las elecciones municipales del 28 de mayo que él mismo. Fieles dispuestos a elevarle la moral no le habrán faltado, todo lo contrario. El efecto Moreno, el recuerdo del apabullante triunfo del 19 de junio por mayoría absoluta en las autonómicas, es la ola que empuja en las encuestas al Partido Popular y que incluso en las capitales que más se le resisten le auguran resultados que abren vías para la esperanza. Juanma se ha puesto la camiseta de candidato y ya lleva semanas sacándose de la chistera, cada vez que le dan la oportunidad, metros, aves, hospitales. Como si no hubiera un mañana. Lo hace en Sevilla, donde el candidato José Luis Sanz da muestras de debilidad ante un alcalde socialista, Antonio Muñoz, de una ubicuidad que da hasta miedo. Pero también lo hace mirando a Málaga, donde Paco de la Torre parece haber encontrado la pócima de la longevidad política y tiene todas las papeletas para revalidar mandato, o en Granada, ciudad en la que ha desembarcado a Marifrán Carazo, que le ha demostrado desde la Consejería de Fomento que sabe tanto de gestión como de venta de esa gestión.

Pero por encima de todos estos nombres y todas estas circunstancias, el presidente de la Junta está dispuesto a dejar claro es que es en el Palacio de San Telmo donde se tiene la varita mágica y la regadera de millones para cambiarle la cara a los ocho capitales de la región. Y que ello será más fácil con un alcalde del PP, el partido que aspira a confundirse lo antes posible con el paisaje de Andalucía, que del renqueante PSOE.

El PP se puso como objetivo de las elecciones de mayo revalidar su triunfo autonómico. No era poca cosa. Había que conquistar las ocho capitales de la región y, ya puestos, las ocho diputaciones provinciales, verdaderos centros de poder para hacer un partido que penetre en el tejido social de muchos pueblos que hasta hace dos días habían mirado al PP con tremenda desconfianza.

Este objetivo, con los datos que ahora tienen los estados mayores de los partidos entre los que se va a dirimir la contienda, parece que está lejos del alcance del PP. Para intentar aproximarse en los cuatro meses, mal contados, que todavía faltan para acudir a las urnas, hace falta un revulsivo que movilice a los indiferentes y ancle a los fieles. En el PP están convencidos de que se revulsivo se llama Juanma Moreno. Y el primer convencido es el propio Juanma, aunque haya que prometer lo imposible. Será por aves. Será por metros. Lo que haga falta.

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