La Real Academia Galega (RAG para los íntimos) ha exigido al Principado de Asturias que declare al gallego como lengua oficial de Asturias. Se basa la exigencia (no la petición, ni el ruego) en que dicen que en la zona asturiana que pega a Galicia hay algunos paisanos que hablan gallego. En el próximo estatuto asturiano, que está por aprobarse, hay dos cosas les han molestado a los académicos gallegos: una, que al gallego que hablan esos pocos asturianos le llamen "eo-naviego" y la otra es que lo consideren lengua oficial sólo en esa comarca. Dicen que ese extraño nombre lo ponen para ocultar que es gallego; y que lo mismo que el futuro Estatuto considera el asturiano (antes bable) como idioma oficial en toda la Comunidad Autónoma, también el gallego debería ser lengua oficial de toda Asturias y no solo de la zona fronteriza.

Este catetismo nos retrotrae a la Primera República española, cuando se produjo la revolución cantonal en una buena parte de España. Uno de los cantones más merecidamente afamados fue el nuestra vecina Cartagena. Aprovechando que en su puerto estaba la mitad de la Armada española, decidió extender la revolución cantonal a toda España y ampliar su territorio cantonal. Para ello organizaron expediciones marítimas contra las provincias cercanas de Alicante y Almería. Ni a García Márquez en el apogeo de su realismo fantástico se le habría ocurrido "epopeya" semejante. Pero esta fue real. En el caso de Almería, la sitiaron con tres barcos de guerra y exigieron el pago de 100.000 duros para los gastos de la revolución. Como se los negaron, bombardearon un rato nuestra ciudad, ésta contestó y se fueron a ver si tenían más suerte en Motril o Málaga.

Si el ejemplo de la RAG cunde, pronto veremos tantos idiomas cooficiales como aldeas hay en España. Aquí cerca tendremos el alpujarreño (alto y bajo), el panocho murciano o el castúo extremeño. Y paramos, porque hacer un listado de todas las hablas locales, ocuparía medio periódico. Toda esta estupidez tiene su base en el concepto de que lo que define a una nación es la lengua, y solo la lengua. Y de esa manera, todos los que tengan un idioma propio y único será un patriota y los que tengan varios idiomas acabarán disolviéndose en varias patrias. ¿Cabe más estulticia? Claro que lo que hay detrás de todo este movimiento identitario es el "cui prodest": y para eso están los listos de cada "identidad", a quienes da la razón el refrán "Más vale ser cabeza de ratón que cola de león". Sobre todo porque así manejan los dineros.

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