De la caza y otra cosa

¿Cómo es posible que, utilizando la libertad como coartada, se impida el libre desarrollo de las personas?

Empecé estas reflexiones cuando saltó el tema de la caza en los colegios. Conectaba esta propuesta con el destrozo de la flora, la arboleda, y la fauna de la Plaza Vieja. Matando árboles eliminan también los pájaros que allí anidan y que ayudan a eliminar mosquitos y otros insectos. Se oye con mucha frecuencia que están desapareciendo los gorriones de las ciudades y, ajenos a esos lamentos, los miembros del equipo de gobierno y sus adláteres están tomando decisiones que favorecen ese proceso. Pero viendo otras decisiones tomadas en la Junta por los mismos partidos que van a quitar los árboles de la Plaza Vieja observamos que todas forman parte de una misma ideología que no parece estar por la naturaleza. Se trata de un nuevo proyecto incluido en los presupuestos de la Junta de Andalucía para promocionar la caza en los colegios. Como si no hubiera otros ámbitos y otras áreas a las que dedicar los esfuerzos de las instituciones educativas. Extraña prioridad la que se concede al fomento de la caza. Ahora bien, la divulgación de esa noticia vino acompañada de otra más preocupante. Me refiero a la introducción del llamado "pin parental". Con ese extraño término se pretende directamente controlar las menes de los hijos e indirectamente las actividades de los centros docentes. Es una herramienta que, a través de algunos padres, aprueba o reprueba las actividades docentes y complementarias programadas por los consejos escolares. Quieren que "materias, charlas, talleres o actividades" en las que se puedan tratar cuestiones morales que están siendo debatidas en la sociedad actual sean sometidas no ya solo a una censura previa, sino impedir su misma realización. Y, he aquí la gran contradicción, lo defienden en aras de la igualdad de oportunidades y de la educación de los hijos "en libertad, sin imposiciones de ningún tipo". Como si no tratar, no hablar, no discutir no fuera la mayor de las imposiciones al desarrollo de la persona. Lo más curioso es que hablan de "imposiciones" los que defienden el ideario de los centros de enseñanza. ¿Cómo es posible que, utilizando la libertad como coartada, se impida el libre desarrollo de las personas? ¿Qué idea tienen de las actividades en clase, sobre todo de los centros públicos? He sido profesor durantes muchos años y puedo afirmar que en los institutos que conozco ha primado la pluralidad, la libertad de enseñanza y el análisis crítico de lo que se habla.

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