La chanca en color

Desde el Centro Pérez Siquier hemos digitalizado los 420 negativos de este maravilloso trabajo

En 1960, cuando Pérez Siquier decidió acometer el reportaje en color sobre el barrio de La Chanca, la fotografía en color no tenía la más mínima consideración en los cenáculos artísticos. El sacrosanto Cartier-Bresson, por ejemplo, la despreciaba abiertamente, y en Europa nadie, desde el ámbito de la creación, se había atrevido con ella. Algunos fotógrafos-artistas habían tomado algunos registros en color, pero sin el menor convencimiento; lo hacían como un efímero pasatiempo o probatura, sin cuestionar jamás que lo canónico y apropiado en arte era la fotografía en blanco y negro. Carlos ya había realizado, con notable virtuosismo, el reportaje también en La Chanca en blanco y negro, desde 1956. Se dio cuenta pronto de que el pictoricismo cubista del barrio y el colorido con que sus pobladores pintaban las casas necesitaban el color para ser contados en su verdadera dimensión; a fin de cuentas, la vida la percibimos siempre a través de nuestros ojos, en todo lugar y momento, a todo color. Carlos era considerado hasta hoy como uno de los grandes pioneros mundiales del color en fotografía por series como La Playa, realizada una década después. La Chanca en color, a excepción de una veintena de imágenes que se habían publicado anteriormente como epílogo del trabajo en blanco y negro, había permanecido inédita hasta hoy casi en su totalidad. Desde el Centro Pérez Siquier hemos digitalizado los 420 negativos de este maravilloso trabajo y se han publicado en su totalidad, una vez descartadas tomas repetidas y otras de imposible recuperación, casi sesenta años después de su realización. El nuevo tomo de la enciclopedia Pérez Siquier es un hallazgo decisivo que cambiará la percepción y narración históricas del nacimiento de la fotografía artística en color en Europa. Carlos fue, objetivamente, el primero en todo el continente. Y lo hizo con una serie humanista de una intensa belleza y naturalidad expresivas. En sus imágenes se describe la vida de las gentes de La Chanca con un sentimiento plástico de refinada poesía estética, que nos hace olvidar la deprimida situación del barrio, y lo hace describiendo el arco completo de la imagen, de lo general a lo particular, desde el realismo más objetivo hasta la abstracción más pura e informalista. Toda la evolución posterior del fotógrafo está aquí ya perfectamente definida, acotada en sus invariantes más específicos, propios y esenciales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios