República de las Letras

El cine de la 2

Aquel viento de redención social de las mujeres que trajo la República se vio cercenado por el franquismo

La otra noche, la 2 repuso dos películas de Juan Antonio Bardem, con motivo del centenario del nacimiento de este gran cineasta. Fueron Muerte de un ciclista y Calle Mayor, ambas galardonadas internacionalmente. Realizadas en los años 50, en ellas se retrata magistralmente la sociedad de la época franquista. En la primera, la protagonista es la alta sociedad burguesa, con sus hipocresías morales: la censura de la época se preocupó mucho más del adulterio que en ella se narraba que de la crítica social contenida en la película. Las diferencias sociales también se exponen con crudeza. En la segunda, que me llamó más la atención, la protagonista es la vida de lo que se llamaba entonces una ciudad "de provincias" -por lo tanto, para los madrileños, cateta y atrasada-, donde una pandilla de señoritos aburridos se burla de una "solterona". La cinta muestra cómo la vida de la mujer en la época de Franco no había variado sustancialmente de la de la mujer del siglo XIX tal como la retrató Clarín en La regenta: en cincuenta años no había cambiado nada. Se reducía a misa mayor en la Catedral, rosario, novena, beatería en todas sus formas, y paseo por la Calle Mayor a la ida o a la vuelta de los rezos. Claro, una mujer que pasase la edad de "merecer", se quedaba soltera, solterona que decían -palabra hoy en desuso-, y ya solo le quedaba el consuelo de mirar a través de los visillos de sus ventanas cómo la vida pasaba de largo Calle Mayor arriba y Calle Mayor abajo. Y así fue durante décadas y décadas, hasta que los aires renovadores de la II República dieron un giro al destino de las mujeres en la sociedad pacata y de moralina barata, catolicona, de la época anterior. Pero aquel viento de redención social de las mujeres que trajo la República se vio truncado, cercenado, por el franquismo. Y todo para ellas volvió a ser como antes: misa, rosario, novena, vía crucis, confesión, beatería en todas sus formas, y paseo a la ida o a la vuelta de los rezos. Los que ya tenemos una edad, recordamos muy bien cómo eran las tardes de domingo en el Paseo -del Generalísimo entonces- de Almería. Solo el cine era una ventana abierta a la vida. Una vida que había atrasado su reloj cincuenta años con Franco.

Pues es a eso a lo que nos quiere llevar el fascismo. O el PP, pues hoy votar PP es votar la entrada de la extrema derecha en el gobierno de Andalucía. Las mujeres deben pensarlo bien.

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