La cuarta pared

La ciudad planificada

En el siglo XX, se llevaron a cabo auténticos experimentos de utopías urbanas

La planificación de ciudades desde cero, sueño de cualquier urbanista, es una fórmula alternativa a la formación general de ciudades, que suelen surgir por generación espontánea y orgánica a partir de un pequeño enclave con valor estratégico, como pueda ser un cruce de caminos, un promontorio defensivo o un remanso fluvial.

Esta forma de planificación, que ha tenido grandes ejemplos en los últimos 100 años, es algo que se lleva practicando desde tiempos inmemoriales. Los romanos ya implantaron su sistema de damero para definir la trama de sus nuevos asentamientos en torno a la encrucijada de los ejes definidos por el cardo (norte-sur) y el decumano (este-oeste), organizando de forma racional las infraestructuras y los equipamientos públicos.

En la edad media las ciudades planificadas renacentistas, en las que la configuración radial o de estrella, resulta en ciudades amuralladas con baluartes y torreones defensivos en sus vértices tienen motivaciones más filosóficas y metafísicas, que derivaron en las utopías sobre la ciudad ideal. La ciudad italiana de Palmanova es uno de los más reconocibles arquetipos de trazado urbano en estrella, en los que una geometría prácticamente perfecta recoge el principio fundamental de plaza central como elemento nuclear del espacio público.

Ya en el siglo XX, se llevaron a cabo auténticos experimentos de utopías urbanas, en las que un selecto grupo de urbanistas, arquitectos e ingenieros tuvieron la ocasión de materializar sus teorías sociales y urbanas. La descolonización y el surgimiento de naciones emergentes con urgentes necesidades de modernización y de adopción de complejas estructuras administrativas y gubernamentales, unido a la provisión de recursos proveniente de los países occidentales, fue el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de proyectos monumentales como puedan ser Camberra, Brasilia o Chandigarh. Basadas en ideales democráticos y en el humanismo con base racionalista, los grandes espacios libres y abiertos dignificarían la calidad de vida. Sin embargo, los resultados en casi todos los casos, en los que el uso del automóvil es casi imprescindible, y en los que los grandes espacios abiertos convierten las zonas residenciales en inhóspitas áreas sin carácter urbano y sin servicios de proximidad, han sido un completo fracaso.

Hoy, son Asia y Oriente Próximo los laboratorios de experimentos urbanos. La sostenibilidad y la eficiencia energética son tendencia. El tiempo dirá…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios