El código

Y que conste que no creo en códigos éticos ni morales aplicados a la profesión

N0 puedo entenderlo, no puedo creerlo, no puedo concebirlo. Como el delito y no pequeño, estafa, prevaricación, cohecho, falsedad documental, revelación de secretos y qué sé yo más puede entrar en la mente de un policía local y un arquitecto. No llego a razonar cuál es el motivo, conociendo la actividad relacionada con mi profesión, soy arquitecto técnico, y parte de mi actividad profesional, licencias de actividades, inspecciones de emisión de ruido en locales y donde se han perpetrado, presuntamente, siempre presuntamente los delitos de los que se les acusa. En el mismo entorno en donde yo desarrollo mi trabajo, haciendo presuntamente una competencia no ya desleal o ilegal sino, presuntamente, siempre presuntamente, delictiva. No quiero creer que esto pueda llegar a pasar, cómo y por qué un policia local puede abusar de su autoridad para conseguir trabajos para un arquitecto a cambio de una remuneración en dios sabe qué tipo de trama mezquina. Y ha pasado (o al menos se está investigando) en mi pequeña Almería. Incluso con detención de 72 horas del arquitecto y policía local y declaraciones de alcalde, concejales y toda la plana mayor de la política local. Un técnico, un funcionario, un policía, se puede equivocar, hacer un trabajo mal hecho sin intención, puede incluso cometer un error fatal, una negligencia, por prisas, por desconocimiento, con resultados desastrosos. Pero tramar y desarrollar un plan tan mezquino, de verdad, no me cabe en la cabeza, tal dolo, tal intención, tal miserable forma de conseguir trabajo profesional, sigue sin entrarme en la mollera cómo, quién y de qué cabeza puede salir un tejemaneje tan retorcido como el que presuntamente se ha producido y que tenía todos los números para terminar como ha terminado. Y que conste que no creo en códigos éticos ni morales aplicados a la profesión. Sé muy bien que los que por la mañana apelan dándose golpes de pecho a este tipo de códigos que parece que flotan en el aire como el inexistente y antiguo éter, por la tarde se los pasan por el forro a cambio de talones al portador y de ahí, directamente, según parece, pasan a coleccionar artículos del código penal. Por eso cuando me hablan de que no es ético, yo digo: pero es legal. Y déjame de películas de indios y vete ya corriendo a pasarte la ética, el código penal y el civil por el arco de triunfo que te están esperando, tú que eres tan ético.

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