Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

A contraluz

DESCARTES en El cogito viene a manifestar de forma fehaciente, pública y notoria que el conocimiento es una acción falible que nos acerca de forma inequívoca a obtener la auténtica verdad, la verdad de la temporal y bella vida y la eterna y dulce muerte. Por ello, sí uno piensa que piensa, pienso, luego existo y pienso, siendo esto lo único infalible, al que no cabe concepción cartesiana contradictoria alguna entre la relación del alma cognoscitiva y el corazón del sujete. Hoy, al igual que ayer y mañana, las tribulaciones sobre el conocimiento reflexivo no nos hacen avanzar en el conocimiento universalmente válido, que tiene en cuenta las culturas de cada zona geográfica, y que nos hace buscar la concordancia de los aspectos básicos de la convivencia y evitar los errores que nos han precedido a lo largo de siglos de adoración al evangélico becerro de oro.

No se trata de involución ni evolución, ni siempre el progreso socio-económico está en hacer, hacer, hacer, hacer, hacer,…cansinamente y superficialmente hacer hasta la extenuación, más bien, a veces en la voluntad en dejar de hacer en algunos aspectos de la política, la vida cotidiana, la vida personal…, con la única excepción en la que no cabe el relativismo en seguir aumentando el crecimiento vegetativo tras más inversión en I + D + i en el campo de la salud y la educación.

Sin vulnerar las leyes de la circulación, no trato de instar a conducir ni por la derecha ni por la izquierda, no es solo levantar el pie del acelerador tras pisar el embrague y cambiar la marcha de quinta a segunda, sino dejar en punto muerto, en el desaparecido limbo, para con la intensidad de la inercia que disponemos seguir avanzando en la base de los factores que eviten los prejuicios, la pasión, inclinaciones, apetitos, que retardan en el buen camino de los pensamientos, los sentimientos y las creencias en la razón del conocimiento como acción de acierto, destreza y aptitud.

Con lo que conocemos, ¿cómo no nos es posible mejorar el presente con vistas al futuro mediato?, sabiendo cuales fueron los errores cometidos, ahora que estamos celebrando el septuagésimo quinto aniversario de la conclusión de la cruenta II Guerra Mundial, y que ante la falta de conocimiento con suficiente claridad y distinción de los precedentes historiográficos no estarán condenando a repetirla por falta de habilidades en la preservación del conocimiento.

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