República de las Letras

El contubernio de Colón

El ultracentrismo, los seudoliberales y los populistas de extrema derecha no proponen nada en ColóN

Dije la pasada semana que en la Plaza de Colón los populistas de extrema derecha se vuelven a llevar el gato al agua de sus intereses electorales; que, acosado por los procesos judiciales, el ultracentrista PP vuelve a dejarse abrazar por el oso neofranquista porque le es muy cercano, y que el seudoliberal Ciudadanos no ha aprendido nada de sus recientes reveses electorales y muestra su soterrada radicalización en cuanto se le menciona el independentismo catalán, talón de Aquiles de su pretendido moderantismo y de su cacareado centrismo. Todos ellos reeditan la foto de Colón -la misma, por muchos retoques que le hagan y por muchos personajes que cambien-, blanqueando al neofascismo. Y ofrecen para Cataluña, como única solución, el A por ellos, oeee. Ciudadanos está muerto, pero el PP, partido que se dice de gobierno, se unce al yugo del fascismo en Colón. Su radicalización nacionalista -en este caso, nacionalismo español- no logra ocultar, por más que lo intente, la larga trayectoria de corrupción, latrocinio y fraude que le ha caracterizado desde el aznarato.

Dicho todo esto, habría que analizar ahora la causa del contubernio de Colón: los indultos anunciados por el Gobierno a los dirigentes independentistas catalanes. Pero, mire usted -decía Rajoy-, si usted es de derechas, yo no le voy a convencer de nada, y si no lo es, usted no necesita que yo le convenza. Así que prefiero dirigirme a otra parte de todo este asunto: el mensaje que en Colón se le está mandando a la gente que opta por ideas distintas a las del régimen del 78, que es el actual, se quiera o no. Se le está diciendo que no hay otra cosa, que la Constitución es imposible de reformar para que todas las ideas tengan opciones, que este documento -coyuntural, humano y, por tanto, perfectible- es inamovible. Si a este mensaje le unimos que a los golpistas del 23-F que sacaron los tanques a la calle, es decir, se alzaron en armas contra el Estado, se les indultó y que a otros no se les indulta aunque no hayan usado la violencia para sus fines, ¿qué se le está transmitiendo también a esa parte de la ciudadanía?: que pierdan toda esperanza porque sus aspiraciones, hoy no legales, pero sí legítimas, nunca se verán realizadas. Es decir, que la vía pacífica y democrática no es posible. Sin embargo, el estatus actual, tampoco lo es ya. Pero los de Colón no buscan soluciones al problema. Al contrario.

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