El callejón del gato

La conversión de Casado

No tiene fácil el PP caminar por la senda que ha emprendido Casado con su discurso en la moción de censura

El 22 de octubre de 2020 pasará a la historia como el día que Pablo Casado, presidente del Partido Popular, se cayó del Caballo. Si observamos su posición y su comportamiento hasta el día señalado, compartía mesa y mantel con VOX esgrimiendo idéntico discurso de acoso y derribo contra Pedro Sánchez disparando insultos a bocajarro sin entrar en detalles. Lo que se dice una crítica constructiva aportando ideas para corregir o mejorar acciones de gobierno con las que no se estuviera de acuerdo, se han visto pocas. Las palabras, proetarras, bildu, venezuela, golpistas, independentistas, y similares etiquetas, han sido hasta ahora el común denominador en las intervenciones de Pablo Casado y Santiago Abascal, cogidos de la mano, para hacer oposición al Gobierno. Pero las palabras que ese día dedicó el líder del Partido Popular a su antiguo compañero, le dejaron sin respiración en el escaño. El impacto que ha causado el discurso de Pablo Casado y su oposición a la moción de censura con un no rotundo, es un reconocimiento expreso del cambio experimentado. Bien venido sea si la situación prevalece. A nada que hagamos un estudio social sobre las personas de nuestro entorno, la moderación impera sobre los extremos y la deriva que había emprendido el Partido Popular con Pablo Casado a la cabeza, no encajaba en el pensamiento de muchos de sus fieles seguidores. Hubo quienes, desencantados, optaron por Ciudadanos cuando apuntaba maneras de ocupar el espacio de centro derecha, y pronto lo abandonaron a la vista de los devaneos de Ribera acercándose a posiciones extremas. No cabe duda que el giro que hadado el Partido Popular es un intento de ocupar un espacio que reconoce que permanece vacío. Con ello conformará a muchos de sus votantes, pero después de tanto tiempo calentando motores, el odio y la aversión habrá calado en otros de tal manera, que abandonarán las filas de "una derechita cobarde". Entre los desertores y el apoyo que le presta VOX en Comunidades Autónomas muy destacadas, no tiene fácil el Partido Popular caminar por la senda que ha emprendido Pablo Casado con su discurso en la moción de censura. Pero el futuro de la derecha española está en el centro con un partido similar a los que gobiernan en Alemania y en Francia, donde socialdemócratas y liberales no tienen reparo alguno en adoptar los acuerdos que sean necesarios para apartar a los fascismos de cualquier acción de gobierno.

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