CON ACENTO ANDALUZ

En el corazón del cerebro

Cuando "sufráis" de desamor, seáis los dejadores o dejados, acordaos que el amor no es sufrimiento

Desamor, ruptura, separación, divorcio...son palabras que suelen producir auténtico pavor en el ser humano. Hace escasos meses, diversos medios ubicaban el número de disoluciones en torno a los 100.000 por año, descendiendo el número de matrimonios por partida opuesta.

¿Las principales causas? Se dice que diferentes objetivos de vida, distancia, infidelidad, falta de intimidad, discusiones, falta de empatía, mal comportamiento, aburrimiento, problemas económicos, determinadas intromisiones de los familiares o hasta las enfermedades mentales y el abuso físico (ojo con esto último, que aparece en rojo y no es "de película"). Ya lo dice el refranero de mil maneras: el amor es ciego. El amor es ciego si nosotros dejamos que así sea. El ser humano, por supuesto, puede incluso probar a reparar el daño con oportunidades (que no suelen ir a ningún lugar, salvo mediante mediaciones y terapias variadas), con tiempos de reflexión, viajes, etc; pero debería tener claro, en mi opinión, que absolutamente nadie "cambia", hablando en términos generales. No son pocas las veces en las que llegamos al punto de obcecarnos, inmersos en la más profunda emoción distorsionada, dejando por los suelos a la razón más contrastada, con la idea de un amor idílico; inquebrantable; invencible; incuestionable... Hasta que todo el mundo no entienda que esa vida amorosa es un trayecto con un tren que raramente (potencialidad) se va a sustentar en un solo vagón y que debería estar al completo por sí mismo desde su nacimiento, el ser humano seguirá recibiendo cubos de agua fría o de hielo, según cada caso. No significa que se viva el amor con un escudo, pero sí con esa razón bien equilibrada con su hermana (muchas veces antagónica): la emoción. Igualmente, debemos aprender a "soltar" aquello que realmente no nos hace felices y comprender que ese "mal de amores" no es un mal, sino un descomunal aprendizaje vital que, debidamente gestionado, incluso nos hará personas más preparadas para enfocar y labrar un nuevo y emocionante horizonte.

Cuando "sufráis" de desamor, seáis los dejadores o dejados, acordaos que el amor no es sufrimiento, que el día de mañana se abre a nuevas metas, estímulos y esperanzas, que seguiréis disfrutando de la vida, que ahí no acaba vuestra historia ni por asomo y que ampliareis vuestra sabiduría existencial lo que no está escrito...

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