Puestos a opinar, lo podemos hacer todos. Es gratis. Aprovechémoslo. El problema viene cuando el sujeto opinador, dependiendo de su cargo o estatus puede convertir en 'Ley' sus comentarios. Por eso, es tan importante para todos aquellos que tienen una responsabilidad que rebasa los límites de su círculo personal, o mejor dicho, esos que la tienen sobre un número importante de personas, véase: ministros, paralmentarios, alcaldes, concejales, diputados... lo que sea; cuiden un poco no su manera de pensar, sino su forma de trasladarla. La clave del discurso conciliador, del que opina o traslada sus postulados en comunión con la realidad social desde las esferas políticas se echa de menos. Es esencial el respeto al diferente, o si queréis llamémosle 'oponente, porque este da voz, mejor o peor, a una multitud de personas en el mejor de los casos. Estamos en un momento en el que necesitamos dejar de lado ciertas tensiones, porque a todas luces, en vísperas de 2021, parecen todas accesorias. Y eso, que para opinar sin filtro ya estamos los demás.

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