Son numerosos los norteafricanos que pretenden alcanzar las costas mediterráneas. Pero lamentablemente este tráfico humano, tiene antecedentes mucho más lejanos, anclados en un espacio y tiempo histórico, como fue la expulsión de los Moriscos hacia el país de Tremecen, conducidos, previo canon económico, por los Monfíes. Nuestro objetivo, es buscar la antigüedad y el origen del primer movimiento de pueblos que parece ser que datan desde la Prehistoria, e incluso anulando teorías de mayor antigüedad. Con este artículo, pretendemos exponer, la que quizás fuese la primera patera, o la primera forma de viajar surcando nuestros mares con los medios al alcance, propios de aquella época, sobre troncos, empujados por el Dios del viento que mandaba Eolo, y es asi como creemos que nuestros primeros visitantes fueron los Neanderthales; de manera que se podría reescribir la historia, tal como lo atestiguan las industrias líticas encontradas en la cueva de ceutí de Benzu (raederas, lascas y punta de flecha), todo esto acompañado de una vegetación de miles de años (cedros, encinas, pinos) y otras plantas de la época, donde los arqueólogos, no solo han encontrado restos humanos, sino también han extraído 42 muestras de polen fosilizado. Hasta ahora todos los restos encontrados apuntaban a que los grupos africanos Pleistocenos llegaron a Europa a través de Oriente Próximo, por el corredor Sirio Palestino, remontándose a una antigüedad de cien mil años; sin embargo los moradores de Benzu habrían surcado el estrecho entre 70.000 y 300.000 años, haciendo los 13 kilómetros que separan Tánger y Tarifa, un estrecho que para aquella época geológica muy fría, contaba con una profundidad de ciento veinte metros a diferencia de los trecientos que tiene en la actualidad, presumimos que con las correspondientes escalas entre los dos islotes que integran el recorrido. Por tanto, un viaje pionero, encuadrado en un lugar del mundo que siempre sedujo a navegantes y reyes como a un Enrique de Portugal, obsesionado con encontrar la ruta de Las Indias o un Ulises de Ítaca, que al parecer sucumbió a los encantos de la bruja Circe en el islote de Perejil; un espacio cuyas tempestades pusieron limite al mundo conocido durante mucho tiempo y que fue creado, según la mitología griega, por la fuerza de Hércules; por tanto, habría que reinterpretar el estrecho como un puente hacia Europa y no como una frontera; por lo que debemos entender que la historia más reciente, la de esta misma semana en los periódicos que habla de cientos de cameruneses, bengalíes o argelinos que son interceptados en nuestras costas y se juegan la vida por cruzar un trozo de mar, pues probablemente lo mismo sucedió hace trescientos mil años atrás.

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