La culpa no es de los bares y tabernas

Las miles de personas que trabajan en la hostelería encaran con angustia esta tercera ola que ya se avecina

ésta es la realidad: somos cada uno de nosotros quienes hemos provocado el llegar a esta situación tan amarga y en la que la hostelería está en sus niveles más bajos de la historia. No podemos esconder la responsabilidad individual, personal, de cada cliente. La "culpa" no es de los bares. No se trata de criminalizarlos, no. La "culpa" -digamos mejor, responsabilidad cívica- es de quien se abalanza a una mesa de terraza o de interior sin que el camarero le haya dado tiempo a desinfectarla… y le da igual; de quien coge más sillas para que en vez de cuatro puedan ser los ocho amigos… y le da igual; de quien se quita la mascarilla aunque no consuma… y le da igual; de quien fuma sin alejarse lo necesario del resto de personas… y le da igual. Los bares, son lugares gratos para conversar, son espacios vitales de socialización y camaradería, especialmente en nuestra Almería del alma, debemos respetarlos. Nuestra vida está llena de historias de taberna, o mejor, la historia de nuestra vida se puede escribir desde la barra de una de ellas. Después de cuatro décadas ausente, no podía imaginar mis venidas a "casa" sin regocijarme por la barra del Montenegro, con los Ibarra; sin sentarme en El Bahía de Palma, con Ramón Belmonte; sin pararme en Casa Puga; sin escuchar la voz de Joaquín Godoy, de Casa Joaquín; sin echar un rato de toros con Paco Morales, de Enfrefinos y por último, ver el ajetreo de Manolo y Curro Leal, en el Quinto Toro. Cada bar es un recuerdo, cada recuerdo una historia, cada historia una persona y cada persona una vida y nuestros bares-tabernas preferidos son como esa caja de zapatos donde guardábamos esas pequeñas cosas que realmente importaban. Las miles de personas que trabajan en la hostelería encaran con angustia esta situación y puedan volver a deleitarnos con "el manjar de las tapas que son un refugio vivencial, una sensación gozosa de llenarse el estómago. Es la tapa que tapa los sueños, la tapa del placer inmediato". Esta "Rambla" es un homenaje a todos los bares, gastrobares, tabernas y restaurantes de nuestra vida y en defensa de la vida de todos ellos para que se vuelva a la normalidad cuanto antes, con la lección bien aprendida de cómo comportarnos cívica y adecuadamente a las exigencias de la pandemia, a esos "lugares tan gratos para compartir y conversar: nuestros bares".

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