La culpa del pueblo ruso

Esta maldita guerra además de masacrar al pueblo ucranio, asolará también a la mayoría del pueblo ruso raso

No es fácil de argüir la legitimidad de las duras sanciones que sufre el pueblo ruso por una guerra de Ucrania que Putin inició sin pedirle permiso ni opinión. Y es que el asunto de la corresponsabilidad de un pueblo con su gobierno, la culpa grupal de cualquier colectivo humano es una materia de ardua justificación legal por más que tampoco sea ya, ay, algo novedoso. Aunque hasta ahora se había aplicado en otras guerras en las que una mayoría social asumía redimir su identidad herida sobre los ideales ensalzados por el líder fanático (nadie como Hitler), jurando el retorno a la grandeza histórica perdida y al que, con la nociva eficacia del canto de sirenas, siguieron en ceguera colectiva: y le votaron, y le creyeron, alucinados. Verdad es que la ciencia jurídica, bien desmenuzada por Jasper (El problema de la culpa) nos dice que un pueblo responde siempre de su vida política, ya que nadie puede abstraerse de ella, ni es legítimo que nadie se declare apolítico. Que aún si mediare engaño, se llega a ser corresponsable, porque todo pueblo está obligado a controlar a su gobierno o responderá políticamente por sus actos. Y que callarse ante un autócrata, convierte al pueblo en cómplice y le hace merecedor de las penas que deriven de sus (malas) acciones. Así se justificó la culpa política del pueblo alemán para aplicarle duras sanciones en Versalles o Nuremberg.

Y sin embargo desde algún lugar de mi fatigada intuición leguleya algo me dice que eso ni agota ni sacia el sentido de lo justo. Sobre todo, a partir del hecho, creíble, de que el ruso es un pueblo que vive desinformado, o peor, alienado por una propaganda feroz activada por sus elites. Que estamos ante una mayoría social históricamente victimizada, secularmente adoctrinada por la sistémica opresión de su oligopolio militarista, además de aislada de toda ayuda externa, que ha ofrendado millones de paisanos muertos o expurgados y sin más opción que la de callar o morir. Un pueblo desmayado al que la lluvia de castigos genéricos abatirá aún más, reduciendo su ya precario bienestar, mientras sus elites mantienen el nivel suntuario de vida que disfrutan. Y porque, en fin, no conozco ningún pueblo mejor (ni peor) que el ruso, ni que esté libre de verse avasallado por una burocracia elitista de sátrapas. Así que esta maldita guerra además de masacrar al pueblo ucranio, asolará también a la mayoría del pueblo ruso raso.

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