Y dale con el pin

Seguir adelante con la exigencia del pin sólo pone de manifiesto una total inseguridad en sus propias ideas

Otra vez en el Parlamento el tema del pin parental. Otra vez vuelve Vox a la carga pretendiendo que se apruebe ese dichoso control sobre la labor educativa utilizando el chantaje de no volver a apoyar al gobierno en las demás decisiones si no se aprueba. Como si tuvieran mucho que ver los presupuestos o las planificaciones de obras públicas o aprobar el uso de determinados productos en los cultivos con el hecho de lo que podemos llamar, simple y llanamente, censura. Su íntima pretensión es como si, haciendo seguimiento de la fantasmada de Lenin, cuando decía algo así como "dejadme a educar a los niños y haré de ellos perfectos bolcheviques", creyeran que, solo imbuyendo sus ideas, o mejor, no dejando que lleguen a su mente ideas contrarias a las suyas, pudieran formar a "sus" ciudadanos; o tal vez, ciudadanos solo atentos a sus consignas. Su actitud es, tengo que admitirlo, consecuente con su planteamiento global: Vox exige la presencia de ciertos contenidos en el curriculum (la caza y los toros, pongamos por caso) para adoctrinar a los jóvenes, y piensan que los demás actúan de la misma manera. Es obvio que sus planteamientos tienen un punto de partida equivocado: creen que los profesionales de la educación, los profesores, forman un bloque monolítico que piensan todos de la misma manera, y que solo emiten mensajes en lo que consideran ellos la dirección equivocada. No es así, al menos en la educación pública, ámbito que yo he conocido. La pluralidad es la norma. Y muy pocos casos he conocido (los ha habido) en los que se haya ejercido un adoctrinamiento directo. Seguir adelante con la exigencia del pin, además, solo pone de manifiesto una total inseguridad en sus propias ideas, creyendo que pueden ser derrotadas cuando se les presenten ideas alternativas. Algo parecido a lo que sienten algunos varones ante el feminismo al que intentan desacreditar de todas las maneras posibles. Ante las pretensiones de los proponentes del pin la mejor medida que se puede proponer son algunas principios de la LOMLOE donde tal vez algún tipo de asignatura puede haber perdido protagonismo en el curriculum formal. Sin embargo, está presente en su articulado el espíritu de extender a todos los elementos del curriculum la cuestión de los valores y de los derechos humanos sin especificar directrices o corrientes. No obstante, sé que llevarlo a la práctica es bastante complicado.

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