A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Cómo dar las noticias

Con buena voluntad todo se podría contar en los medios de otra manera más sutil y estimulante

Leemos en los medios que a Sarkozy lo han condenado a un año y que le han puesto un brazalete electrónico por recibir ayudas injustificadas de algunas empresas en sus campañas electorales. Hay noticias que no deben darse o que es mejor redactar de otra forma en un país como el nuestro para no poner en riesgo la salud de las personas.

Imagínense la situación. En España tenemos ya varios ex presidentes con una cierta edad. Jordi Pujol ha cumplido ya 90 años, por ejemplo, con sus lógicos achaques. El hombre se aburre y un día, mientras se toma el café con leche, se le ocurre poner la televisión o, peor aún, coge un diario. El ataque de risa, al ver cómo a Sarkozy lo condenan por esa nimiedad, puede provocar un ataque de tos, una descompensación irreparable a esas edades.

Aparte de peligrosas, en nuestra sociedad estas noticias le quitan, además, por irreales, credibilidad al periódico: ¡condenar a un político por unos escrúpulos monjiles, por algo que cualquier votante miraría aquí con infinito desdén por venial!

Con buena voluntad todo se podría contar en los medios de otra manera más sutil y capaz de estimular al lector inteligente. Lo de Sarkozy o lo de aquel ministro de economía alemán que dimitió por haber copiado unas páginas de su tesis podrían aparecer en otras secciones felizmente alejadas de la demagogia. Por ejemplo, en la sección de los crucigramas: 1-horizontal. Político francés casado con Carla Bruni. 2- Artilugio que se coloca a determinados presos para controlarlos. 3- Enriquecerse ilegalmente. 4- Destinar fondos para fines ilegales en un partido. La noticia está ahí, con toda su crudeza, pero sin molestar a nadie. Reconozcámoslo. Nada se oculta. Es más, de este modo el lector se mantendría siempre alerta y sin provocar contratiempos innecesarios para la salud de gente honorable con esos agresivos titulares. Y lo mismo se debería hacer con esto del precio de la luz o de la gasolina. O con ese tren que nunca llega: 1- Provincia del sur de España. 2- Prometer lo que no se va a cumplir. 3- Completar. Dícese de un plazo que no ha de cumplirse: ad calendas …. ¿No sería esta una manera mucho más sosegada de contar la realidad, sin sobresaltos para nuestros dirigentes, y mucho más objetiva? A veces conviene recurrir al humor para no hacerse mala sangre con la realidad.

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