Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El debate

Sánchez trató a Casado como líder de la oposición, que es un título sin reconocimiento oficial que persiguió y consiguió Fraga

Cuando oía al candidato Sánchez en el debate de investidura me vino el recuerdo de dos monarcas franceses, Luis XIV, el Rey Sol, y Luis XV. El primero fue un adelantado porque nació con 13 dientes, y también un retrasado, porque sus padres tardaron 23 años de matrimonio en procrearlo y presumía de que "el Estado soy yo". Luis XV, su sucesor, dijo aquello de que "después de mí, el diluvio". Parafrasearlo a Kundera podría decir que el discurso de investidura del candidato, podría titularse la insoportable inevitabilidad de mi presidencia.

Porque Sánchez, con su discurso, no presentó, como dice la Constitución, un programa de Gobierno para solicitar la confianza de la Cámara, sino que pidió o casi exigió a Casado la abstención del PP, insinuando que era por su propio bien. Las imágenes de la bancada del PP, que antes había tenido 186 diputados y ahora sólo 66, subrayaban en TV lo dicho por el candidato, aunque también hubieran sido ilustrativas las imágenes del repetido "no es no" a la investidura de Rajoy. Pero Sánchez trató a Casado como líder de la oposición, que es un título sin reconocimiento oficial que persiguió y consiguió Fraga de González para el primer partido de la oposición. Casado hizo una gran intervención sin un papel delante y le alaban que acomode el gesto de su cara a lo grato -sonriendo- o ingrato -frunciendo el ceño- de lo que dice, en lugar de sonreír siempre. Le dijo a Sánchez: está usted en una tribuna y no en un pedestal.

Como el candidato está convencido de que si ahora no es investido lo será en noviembre y con más votos, no se ha preocupado de trabajar su investidura. En cuanto a Rivera asumió el papel de líder de la oposición, que ahora no es, pero estuvo muy duro con Sánchez y entre las muchas preguntas que no obtuvieron respuesta destaca si dimitiría si hubiese sentencia condenatoria en los ERE, como hizo Rajoy con la condena que motivó la moción de censura. Rufián de ERC tuvo su momento de gloria cuando le preguntó a Sánchez qué hacía pidiéndole la abstención a la derecha e ignorándolos a ellos y JxCat invocó el artículo 155, como 155 motivos para no votar a Sánchez. A Pablo Iglesias, que dejo para el final porque con él cuenta Sánchez para ser presidente, tuvo una buena intervención señalando las contradicciones de Sánchez. Es el peor vestido de la Cámara, sobre todo si se recuerda que se puso de smoking para un acto del cine. ¿No merece el Congreso de los Diputados mejor vestuario que una camisa de cuadros?

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