LOS partidos de Unicaja Almería cada vez se parecen más a los del Real Madrid. O, como diría Forrest Gump, nunca sabes lo que va a salir del bombón. Los dientes de sierra son tan pronunciados en los almerienses (como en los merengues) que es como comprar un décimo en la Lotería de Navidad. Hasta que no termina el sorteo en su totalidad, no sabes si puede haber premio. Es como jugar a la ruleta rusa. Sabes que hay una bala en la recámara, pero no te puedes relajar hasta que oyes sólo un click.

Habrá que pensar (y esperar) que el nivel no sea el mostrado ante CAI Teruel. Tampoco el que se vio en la ida ante el rival de esta noche. El Lausanne dio la impresión de ser un conjunto que lleva toda la vida disputando la Champions League, en vez del cuarto clasificado de la competición suiza. Eso, o que el torneo nacional helvético está muy cerca de la liga italiana (es broma).

Pero la sierra a la que me refiero no es sólo por los dos últimos partidos que ha disputado, para más inri, con el factor cancha a favor. Lleva pasando desde que se inició el campeonato liguero ante Tarragona SPiSP.

Hablas con expertos (Cosme Prenafeta) y lo mismo te dicen que hay mimbres y se puede hacer una gran temporada que, al contrario, no tienen excesivas esperanzas de que la senda de los títulos vuelvan a tierras almerienses.

Esta noche espera un billete para Turquía. Si lo adquieren los almerienses habrán hecho lo único que se le puede pedir.

Si no, la palabra fracaso en Europa volverá a sobrevolar un equipo que está en construcción pero que sigue sin tener una regularidad necesaria para hacer algo importante.

Vamos, como el mismo Real Madrid de Bernd Schuster. Y es que con la camiseta ya no se gana a nadie. Ni a unos suizos que no pararon de hacerse fotos con las jóvenes seguidoras ahorradoras.