La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El desmadre de Granada

En Reino Unido han decidido cerrar pubs y gimnasios para salvar las aulas; en Andalucía los bares no se tocan...

Es la primera vez que me vuelven la cara. Con absoluto descaro. Salí este puente a correr en PlayaGranada y, cuando atravesaba el camino estrecho que han habilitado detrás del Espeto hacia el Paseo Marítimo, una pareja me dio la espalda refugiándose contra la pared. ¿Yo era el peligro? Me sentí como una apestada.

Casi me doy la vuelta para explicarles que no me estaba saltando ninguna normativa, que es legal hacer deporte sin mascarilla y que no tengo coronavirus. Luego pensé que no lo sé. Que igual soy asintomática como esos jóvenes (y no tan jóvenes) que se van felices de botellón.

Molesta, dolida, no dejé de preguntarme si ellos, blindados con sus mascarillas último modelo, realmente estaban protegidos. En comunidades como el País Vasco, Valencia, Galicia y Navarra ya han decidido vetar las mascarillas de tela en hospitales y centros sanitarios porque no se fían. Exigen las quirúrgicas y, aun así, el riesgo no desaparece: si las utilizamos más tiempo del debido o no las desinfectamos bien, tampoco garantizamos su efectividad.

Es evidente que hay un problema con las mascarillas y hay también un debate pendiente sobre su obligatoriedad en la vía pública. Melilla, por ejemplo, ha decidido multar con 100 euros a los corredores que no las lleven en las zonas de paseo. ¿Deberíamos hacer lo mismo en Andalucía? En Granada este domingo no se cabía. No me refiero a los vídeos virales que han saltado a los medios de toda España con el desmadre en Ganivet. Queríamos turistas para revitalizar la economía y ahí han estado. Pero ahora resulta que eran más de la cuenta. Que no es posible llenar la Alhambra y animar la restauración y el comercio sin que haya aglomeraciones y salten por los aires las distancias de seguridad. ¿Entonces cómo hacemos?

De momento, poner parches. La Junta ha decidido cerrar dos semanas la Universidad pero no toca los bares. Dicen que quieren "reducir la movilidad"; efectivamente, cualquier joven llega antes al bar de la esquina que a su Facultad... En Reino Unido también se ha disparado la segunda ola pero han decidido sacrificar pubs y gimnasios para salvar las aulas; en Israel quieren que los niños vayan a clase y ¡las niñas se queden en casa!; en China ya están otra vez haciendo test masivos por nuevos rebrotes... ¿Alguien se aclara?

Mañana saldré a correr, me sacrificaré y llevaré mascarilla (homologada). Visto el caos de quienes nos gobiernan, mejor hacer la guerra en casa. Insignificante pero necesaria. Al menos dormiré bien.

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