¿Por qué desobedece la Junta a la Ley de la Eutanasia?

Al no haber constituido la comisión habrá conseguido prolongar innecesariamente el sufrimiento

Porlo que veo hay instancias que nos están gobernando y se ponen de perfil e ignoran algunos preceptos legales positivos. Entre otros casos, vengo a citar la manifiesta dejación de la Junta de Andalucía ante el precepto de constituir la Comisión de Garantía y Evaluación de los casos de solicitud de eutanasia, al que obliga la Ley de Eutanasia publicada el pasado mes de marzo. En estos momentos Andalucía es la UNICA Comunidad Autónoma en la que no se ha constituido y está privando a determinadas personas de su derecho a solicitar que le practiquen la eutanasia. Después de oír algunas declaraciones que tachan la eutanasia como un homicidio, es claro no deben haber leído la ley y que ese incumplimiento de la Ley Orgánica solo responde a prejuicios ideológicos que no tienen cabida. Ante el espíritu y la letra de una ley aprobada por las cortes y publicada en el BOE, el Presidente de la Junta y algunos de los que lo rodean pueden pensar lo que quieran, sobre si el contenido de la ley está o no de acuerdo con sus convicciones. Pero la única actitud que cabe es acatarla y cumplir cuantos preceptos estén contenidos en ella. Lo demás es una desobediencia manifiesta. No es este el momento de defender el derecho que tienen todas las personas a disponer de su propia vida y ponerle fin si se reúnen determinadas condiciones, derecho con el que estoy plenamente de acuerdo. Pero aunque no lo estuviera sí tendría que defender la necesidad de cumplir con los preceptos legales. Si la Ley Orgánica 3/2021 en su artículo 17 prescribe la constitución de la Comisión de Garantía, y ese artículo entró en vigor al día siguiente de la publicación de la misma, no encuentro que haya la más mínima justificación a no haberlo cumplido casi ocho meses después, aun cuando la ley no especifique fechas. Al no haber constituido la comisión habrá conseguido prolongar innecesariamente el sufrimiento de seres humanos que hayan decidido poner fin a su vida de acuerdo con la ley. Ante esta situación me gustaría recordar el espíritu del juramento hipocrático: "Primum non nocere": lo primero no hacer daño. Es decir, evitar el dolor de las personas, por acción o por omisión. No quiere decir "salvar las vidas a toda costa", sino evitar el sufrimiento. Por tanto, no ha lugar a encastillarse en el precepto citado para negarse a practicar una muerte indolora en la medida de lo posible eliminando el sufrimiento. Tengamos amplitud de miras.

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