De Gobiernos e Ínsulas

gONZALO aLCOBA gUTIÉRREZ

La diplomacia de la pelota neutral

La diplomacia obliga, pudieron haber recordado, con ese tono condescendiente y resabiado tan de alto cargo

No sé nada de deportes y no me interesa la Eurocopa. Quizá por eso me resulta aún más sorprendente que todo un alcalde de Munich deba pedir permiso a una federación de fútbol para proyectar la bandera del arcoíris en el estadio de su ciudad, una de las más importantes de Europa. Al parecer, estos señores de la Union of European Football Association, que organizan ese campeonato tan entretenido, optaron por prohibir este homenaje a la libertad aduciendo que la suya es una organización "política y religiosamente neutral".

Hay que reconocer que no dieron una excusa cualquiera. La Union of European Football Association pudo haber advertido al gobierno muniqués que, dado que el país de los magiares es (o era, esto no lo tengo claro) organizador del evento, prefería ignorar el significado de aquella enseña y centrarse en no molestar a Orban. Pudieron haber añadido, de paso, que de las civilizadas democracias europeas poco se ha de aprender, dado su contumaz silencio, hasta ahora, ante los regulares atropellos contra los valores del liberalismo (el de verdad, no el inventado) acometidos por el aprendiz de autócrata húngaro (contra las minorías, contra la separación de poderes, contra la prensa…). Se almuerzan sapos en banquetes distinguidos. La diplomacia obliga, pudieron haber recordado, con ese tono condescendiente y resabiado tan de alto cargo.

En lugar de ello, sin embargo, la Union of European Football Association prefirió acogerse al problemático concepto de neutralidad, que no es la actitud de quien respeta todas las preferencias legítimas, sino la de quien "no participa de ninguna de las opciones en conflicto" (lo dice la RAE, pero en inglés el concepto es el mismo). Es decir, que a esta federación tan poderosa tanto le da que la homosexualidad sea un vicio perseguido o una opción sexual legítima; no le interesa nada esa cuestión ni a dónde conduzca. La Union of European Football Association solo piensa en fútbol y se sitúa en terreno equidistante entre quienes criminalizan la libertad sexual y quienes la reivindican, como si fueran alternativas igualmente válidas. Que ruede el balón y no se detenga en el lodazal.

Por desgracia, esa federación goza de inmenso poder y su indiferencia ante la represión es un arma peligrosa, pero también es un síntoma. Comienza una lucha incierta y sibilina contra los valores acrisolados de la democracia en que se va a implicar a todos. Cada detalle es relevante. Conviene no apartar la mirada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios