Todo sobre tu ego

El ego es doloroso, peligroso, porque impide ser feliz a quién lo padece y causa dolor a quienes lo soportan

Aveces resulta aburrido y otras enervante, pero hay perfiles de seres humanos que suelen destacar porque el eje central de su existencia transcurre en torno a los derroteros de su ego. En origen el ego no es peligroso ni tóxico porque surge para protegernos del mundo: el individuo pone límites a la sociedad. Y eso ocurre en la infancia donde se está tejiendo la personalidad. No es ninguna exageración la afirmación de que el ego forma parte principal de la conciencia. El problema es cuando el ego impide ser feliz a la persona que lo padece o a los que lo soportan, y eso se da cuando esos límites a la sociedad se confunden con la soberbia. Entonces comienza la toxicidad. Pero este estado tiene diferentes caras para la psicología. Por un lado está el sabelotodo, que cree que siempre tienen la razón y da consejos aunque sea un ignorante. Además está el que quiere ser el centro de atención, dominando la mesa en una reunión sin dejar participar a nadie. Este es el insaciable. Pero también existe el interruptor: es el que necesita auto referenciarse e interrumpir permanentemente sin dejar que nadie hable. Sin duda existen por otro lado aquellos que necesitan ser aplaudidos, por sentirse prestigiosos. Son muy peligrosos los envidiosos porque no soportan el éxito de los demás y siempre cortan las alas ajenas. Podríamos añadir al jinete, que pretende siempre sacar información de los demás y al sordo que juega a no saber o no enterarse de lo que ocurre. El orgulloso es muy notable. Lo tienen las personas que son muy competitivas. Y de todos el más peligroso es sin duda el manipulador: es el que engaña, miente y justifica todo el tiempo, para que las cosas resulten siempre a su favor. Son los más tóxicos. Se mueven a través de la mentira siempre y justifican sus miedos y culpas sin sentido. Una persona que está todo el día justificando es una persona que trata de ocultar la verdadera razón de ser todo el tiempo. Además afirman que todo cuando sucede es para hacerles daño y que por lo tanto lo que hacen es algo justo. Esa mala fe que portan se puede equiparar con la maldad, esa actitud ética destructiva y depredadora. Suelen robar ideas y emociones, parejas, trabajos, etc. Necesitan quedarse con la vida de los demás porque en sí mismos, sin su ego, no son nada. Querido lector, cuando veas a un manipulador, este tipo de egos, huye con todas tus fuerzas.

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